Ciudadanos eligió el corazón de la capital abulense, la plaza de Santa Teresa, para presentar este sábado  su candidatura a las Cortes de Castilla y León por la provincia de Ávila, encabezada por Celia Sierra. «Nos presentamos a las elecciones con la tranquilidad de venir con los deberes hechos, ofreciendo a los abulenses una hoja de servicios realista y con la sensación, una vez más, de que el PP ha utilizado Ávila como  una alfombra, imposibilitando importantes inversiones e impidiendo la consecución de reivindicaciones de la sociedad abulense» al convocarse anticipadamente los comicios del 13 de febrero por parte de su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, planteó la candidata. Y en esa misma idea abundó el líder regional de la formación naranja y cabeza de lista por Valladolid, Francisco Igea, que arropó a la candidatura abulense con su presencia. 

«Se dice en las novelas policíacas que el asesino siempre vuelve al lugar del crimen, quizá por ello estamos hoy en Ávila, en esta provincia que sirvió de excusa al deshonesto presidente de la Junta para convocar de manera sorpresiva estas elecciones», comenzó Igea su intervención. «Quizá el problema del PP en Ávila es que hay dos partidos populares: uno Por Ávila y otro contra Ávila», continuó, lanzando así un dardo a los populares, a los que acusó de «castigar a todos los ciudadanos de la comunidad» convocando unas elecciones bajo el «pretexto» de «no ceder al localismo» que representa Por Ávila cuando, defendió, la formación amarilla «es una escisión del propio PP».

Según Igea, si el PP de Castilla y León no aceptó introducir en el presupuesto regional los 25 millones de euros que suponía aceptar las enmiendas de Por Ávila  y que «estaban en el programa electoral del propio PP» fue porque «antes de los intereses de los ciudadanos de Ávila estaba el interés de un señor que ha sido diputado por esta provincia, Pablo Casado, que ha decidido utilizar los intereses de esta tierra como trampolín de su carrera para enfrentarse a Pedro Sánchez», dijo. En este sentido, el líder regional de Ciudadanos y vicepresidente de la Junta en coalición con el PP hasta hace un mes aseguró que Castilla y León «tiene problemas de atención sanitaria, de despoblación, de ordenación territorial y de clientelismo político, empresarial y sindical mucho antes de la llegada de Sánchez al Gobierno». Y acusó a Mañueco de haber adelantado elecciones para beneficio del líder nacional de su partido justo «cuando esta comunidad por fin empezaba a ver la luz»  después de «dos años y medio de sacrificio» tras lo peor de la pandemia.