Redes para estar sano y feliz

SPC
-

El grupo de investigación Salbis del Campus de Ponferrada utiliza el Análisis de Redes Sociales para crear una aplicación que pretende mejorar hábitos y rutinas negativas entre los adolescentes

Pilar Marqués y José Alberto Benítez, investigadores del grupo Salbis del Campus de Ponferrada. - Foto: César Sánchez (Ical)

La salud y el bienestar son dos conceptos que caminan de la mano y a los que solemos prestar atención sólo cuando nos faltan. Revertir esta tendencia y promover un punto de vista basado en la “salud positiva” es el objetivo del grupo de investigación Salbis del Campus de Ponferrada, que es pionero en España en el uso de la metodología conocida como Análisis de Redes Sociales (ARS) aplicada a distintos aspectos relacionados con la salud. Uno de los frutos de este trabajo es el proyecto 'Sano y feliz', financiado por la Junta, que se encuentra en fase de pilotaje en un colegio de la ciudad, con la intención de extenderse a otros centros educativos de la comarca y del resto de la provincia.

Con esta iniciativa, los investigadores de Salbis buscan canalizar toda esta información a través de una aplicación web para modificar los hábitos negativos de los adolescentes y promover la “autogestión de la salud” en este colectivo. Al respecto, uno de los principales campos de acción de Salbis tiene que ver con la adolescencia, una etapa para la que la directora del grupo, Pilar Marqués, reivindica más atención por parte de las administraciones. “Ellos son el futuro inmediato de nuestra sociedad y hasta ahora son los grandes olvidados”, explica Marqués, que lamenta que el colectivo no sea uno de los primeros objetos de investigación, como sí lo son los recién nacidos o las personas mayores.

En la misma línea, el ingeniero informático e integrante del grupo José Alberto Benítez, destaca que “un joven sano será un adulto equilibrado con buenos hábitos, por lo que gastará menos al sistema sanitario, será un trabajador efectivo y una persona feliz que irradiará bienestar a los que le rodean”. “Esto es producción a nivel social”, defiende. En ese sentido, las investigadoras de Salbis Natalia Arias y Enedina Quiroga llevaron a cabo durante el pasado año dos estudios sobre obesidad y consumo de alcohol, respectivamente, en esta etapa clave de la vida.

En el primero se detectó un importante impacto del género, con chicos que tienen más tendencia a la actividad física colectiva que las chicas y obtienen más prestigio social si destacan en esa actividad. Respecto al estudio sobre el alcohol, las investigaciones apuntaron que el prestigio que obtiene un adolescente dentro de una red de consumo no es igual a tener muchos amigos. “Los verdaderos amigos no permiten caer en hábitos tóxicos”, resumen los responsables del estudio.

¿De qué hablamos cuando hablamos de redes?

Una de las principales herramientas de la investigación aplicada a la salud que lleva a cabo Salbis es el Análisis de Redes Sociales (ARS), un método derivado de la teoría matemática de grafos que crea estructuras en las que las personas se convierten en puntos y sus relaciones, en líneas que los unen. “Todo el mundo piensa en Facebook, Instagram y Twitter y esas son redes, pero redes digitales. El concepto de red social es mucho más amplio y no es nuevo, existe desde que existe el ser humano”, recuerda Marqués, que se formó en esta materia en la universidad norteamericana de Kentucky a las órdenes de Steve Borgatti, exdirector de la escuela de negocios de Boston.

Este método nos viene a decir que todos estamos interconectados y que nuestros objetivos y metas también lo están, recalca Marqués, que recuerda que “el ser humano es un ser social que necesita de las relaciones y los contactos, todos vivimos en muchas redes simultáneas, pero con cada uno tienes vínculos distintos”. Con los datos recogidos, los investigadores pueden medir distancias o aglomeraciones en el diagrama, lo que se traduce en conceptos como prestigio, poder o influencia. ““El método ARS permite obtener datos como qué actor tiene un mayor número de relaciones dentro de la red, quién es el actor implicado en más grupos o qué actor puede ser más útil para propagar mensajes. La unidad de análisis ya no es sólo el individuo, sino el individuo y sus relaciones, porque lo importante es la estructura de las relaciones y cómo se transfieren recursos como consejos, ayuda o motivación dentro de esas estructuras”, resume Marqués.

Así, la utilización de este método permite el diseño de una estrategia de red en la que “el público objetivo también difunde el mensaje, se convierte en actor líder de la estrategia para generar nuevas pautas de comportamiento y modificar las influencias negativas”. Por ello, los investigadores se refieren a estos actores en términos biológicos, calificándolos como vitaminas o antibióticos.

Interuniversitario y multidisciplinar

Salbis es un grupo de investigación centrado en la salud, el bienestar, la ingeniería y la sostenibilidad sociosanitaria, integrado por un total de 23 profesionales, 13 de ellos adscritos a la Universidad de León (ULE), mientras que el resto son colaboradores externos de varias universidades españolas y de la universidad británica de Southampton. Aunque la mayor parte de los miembros provienen del área de enfermería y fisioterapia, el grupo se define como “interuniversitario y multidisciplinar”. “Para llevar a cabo nuestra investigación, necesitamos de otras áreas”, explica Marqués, que señala que en Salbis también tienen cabida profesionales procedentes de campos como la ingeniería informática, la economía, el marketing o la documentación.

El principal objetivo de las investigaciones llevadas a cabo por los investigadores de Salbis es “conseguir monitorizar decisiones y rutinas para permitir que la tecnología se ponga al servicio de la salud y nos ayude a gestionarla”, explica Benítez, que señala que los miembros del grupo se sirven de técnicas de inteligencia artificial como el 'machine learning' -que hace referencia al aprendizaje automático-, la minería de datos o las tecnologías relacionadas con la web semántica para la recogida y procesado de los datos.  “Nuestras investigaciones pueden suponer una mejora en los hábitos de consumo, de alimentación o de actividad física”, asegura el ingeniero informático, que defiende el carácter “útil a la sociedad” de este tipo de iniciativas.

En esa línea, Benítez insiste en que existe “evidencia científica de la influencia de las redes sociales en la salud”. “Si el amigo de tu amigo está frecuentemente deprimido, tienes muchas opciones de acabar deprimido tú también; si estás en una red de personas felices y saludables, tienes muchas posibilidades de tener una mejor salud”, resume. Al hilo de la reflexión, el ingeniero informático señala que la investigación en esta materia viene a refrendar el dicho popular de “dime con quién andas y te diré quién eres”.

Esta forma de aproximarse a la realidad, que identifica a las redes sociales como “estructuras que adquieren su propia autonomía, casi como un ser vivo”, la utilizaron los fundadores de Podemos, procedentes de la Universidad Complutense de Madrid, para bautizar como “círculos” a las agrupaciones del partido. “En una red de círculo todos los individuos son iguales, tienen la misma posición en la red solidaria, mientras que en una red estrella, el que está en el centro tiene más poder”, explica Marqués, que señala que existen otras redes en forma de árbol, útiles para transmitir y propagar un mensaje de forma rápida entre un gran número de personas, a la manera cómo lo hacen los 'influencers' de plataformas como YouTube o Instagram.

Más allá de los proyectos de investigación vinculados a las redes sociales, Salbis también trata otros temas de salud y bienestar relacionados con la inteligencia emocional, el equilibrio, la movilidad y el dolor lumbar, o la estimulación temprana en recién nacidos en el marco del proyecto de investigación PreMas. Además, el grupo de investigación organizará entre el 8 y el 10 de julio la quinta edición del curso de verano 'Enredando', que reunirá a profesionales vinculados al ARS en Ponferrada con el objetivo de “cohesionar a un grupo pequeño que pueda llevarse conocimiento, no solo relaciones y contactos”, explica Marqués.