Jesús Guil Redondo

Más menos

Jesús Guil Redondo


Más PSOE y menos Pedro I ‘El mentiroso’

20/12/2022

Puede que Pedro Sánchez pase a la historia como aquel que sacó a Franco del Valle de los Caídos. Pero probablemente también pase a la historia por la destrucción del estado democrático, con un sinfín de atropellos y tropelías legislativas. Trincándose la separación de poderes. Está claro que Sánchez nunca ha leído a Montesquieu y si alguna vez lo leyó no lo entendió.
No ha recurrido las leyes inconstitucionales del Parlamento catalán sobre el uso del catalán en las escuelas. Ha permitido la creación de más embajadas catalanas. Ha manipulado la Fiscalía y la Abogacía del  Estado. Ha manipulado los nombramientos del Tribunal de Cuentas para que los golpistas no tengan que devolver lo robado a la Hacienda Pública. Está blanqueando lo sucedido el 1 de octubre de 2017, que no fue más que un golpe de Estado, sin uso militar pero ejecutado por instituciones que contaban con mucho más poder de coacción y amenaza que muchos generales. Los sucesos que se desarrollaron antes y después del referéndum fueron mucho más que una mera crisis de orden público. Supusieron un auténtico atentado contra la Constitución, por lo que difícilmente se puede considerar desproporcionadas las penas impuestas y mucho menos calificar de venganza la sentencia del Tribunal Supremo, con la finalidad de justificar los indultos. Por cierto, ¡viva el juez Marchena! 
La eliminación del delito de sedición, que NO se está homologando a Europa ya que en la mayoría de los países europeos hay un delito igual o similar y con penas mucho mayores que las nuestras, es una auténtica amnistía y sin que los golpistas hayan renunciado a sus pretensiones. Es más, siguen gritando a los cuatro vientos que lo volverán a hacer. Es asumir el lenguaje independentista y llamar conflicto político  lo que en realidad es un golpe de Estado y la desjudicialización de la política es la renuncia del Estado de derecho. Se mancha la imagen de nuestro país ante las instituciones europeas. Con el recurso de Junqueras en Estrasburgo y la extradición de Puigdemont aún por resolverse, el Gobierno de España está enviando al exterior el mensaje de que las condenas fueron excesivas, poniéndose del lado de los delincuentes y enfrente del interés de nuestro Estado de derecho.  
Suprimir la mayoría de 3/5 para la elección de los miembros del  Tribunal Constitucional y así poder meter a sus «ministrillos» y «amiguillas» es todo un delito y debería ser posible ser juzgado por ello. Pero todas estas mercedes y favores que el presidente del Gobierno ha hecho a los golpistas catalanes y a los herederos vascos de ETA ha sido porque ellos saben que son los que mandan y recuerdan cada poco a Sánchez que ocupa el colchón de la Moncloa porque ellos quieren. A estos ya solo les queda suprimir el bendito artículo 155 de nuestra Constitución y hacer el dichoso referéndum, pero en este caso acuérdense de lo que le dijo Felipe González a Jordi Pujol (alias tres «per cent»): «En ese referéndum yo también quiero votar». Y todo ello muy a pesar de la mayoría de los dirigentes socialistas y de la ejecutiva que su día lo destituyó de la Secretaria General.
Puede que Pedro Sánchez pase a la historia por todo ello y de ser así la Historia debería recordarlo como Pedro I 'El mentiroso'.