El drama de la despoblación rural convertido en arte

D.C
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Iván García-Martín expone en la Biblioteca Pública de la Junta sus 'Mapas cerrados', una colección de fotografías sobre pueblos deshabitados de Castilla y León de los que sólo queda el triste recuerdo de su pasado

El drama de la despoblación rural convertido en arte - Foto: Isabel García

La despoblación del mundo rural de Castilla y León, un drama que comenzó a desangrar a esta comunidad hace ya muchas décadas y que nos legó el preocupante presente del que parece que ya sí somos plenamente conscientes, ha sido el motivo de inspiración para que Iván García-Martín realizase una larga serie de fotografías (comenzó con este proyecto en 2006) que son al mismo tiempo testimonio, lamento y drama, sentimientos sin duda negativos que él ha conseguido convertir en arte.

Veintiocho de esas fotografías, con el valor añadido de estar impresas artesanalmente sobre papel Hahnemühle, componen una exposición que puede verse en la Biblioteca de la Junta de Castilla y León en Ávila hasta el 28 de febrero, un puñado de imágenes en blanco y negro (que así ganan en fuerza estética y también en dramatismo) y tres en color reunidas bajo el título común de 'Mapas cerrados', a las que se añade, como fuerza documental añadida, un vídeo en el que varias personas hablan sobre su vida en esos lugares que ya 'no son'.

La elección del blanco y negro para estas fotos, con las que su autor manifestó que quiere "ante todo mover a la reflexión y a la concienciación sobre un problema muy grande, porque cuando un pueblo se despuebla se pierde mucho, sus pobladores, su cultura, su pasado, su memoria", es porque "me gusta más porque aporta más realismo, impacta más en el espectador, tanto que da la impresión de que estás ante fotos tomadas en el siglo XIX pero en realidad son de ahora mismo"; las tres instantáneas en color que se mezclan con las anteriores tienen su razón de ser "en que me gustaron como quedaban así y las dejé".

En ocasiones la imagen abre mucho el objetivo y muestra calles vacías, edificios abandonados y/o derruidos, grandes espacios a los que solo llena la soledad, el vacío; en otras el objetivo se cierra y, convirtiendo el referente casi en símbolo, aportando una dosis que pudiese parecer de romanticismo pero que para nada lo es, lo importante son pequeños detalles que dicen grandes cosas.

Ha querido Iván García-Martín, natural de Olmedo, que en esta exposición haya ejemplos de lugares despoblados de todas las provincias de Castilla y León, aunque predominan los de las provincias de Soria y Burgos, y de Ávila ha escogido, El Merino, pueblo abandonado situado en el margen derecho del Adaja, unos cientos de metros aguas arriba de El Fresno.

Explica Iván García-Martín, que ofrece a los interesados en ahondar en el contenido de la exposición la posibilidad de realizar visitas guiadas (llamando al teléfono 658 57 03 88) que lleva más de quince años retratando pueblos de Castilla y León en los que ya no existen habitantes, una labor en la que se inició a modo de reacción "para desmentir el bulo de quienes decían que esta comunidad no se estaba despoblando", una realidad que ha tenido motivos muy parecidos (o porque no se instaló en su momento electricidad o agua corriente; o porque no se construyó una carretera para llegar dignamente; o porque una epidemia asoló el lugar), pero que en esencia, y ese es el drama, ha derivado en la existencia creciente de muchos pueblos donde ya no vive nadie y otros en los que no vive casi nadie y están condenados a muy corto plazo a engrosar la nómina de los abandonados.