¿Cuáles son las mejores jeringuillas para la vacuna de Pfizer?

Agencias
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Pfizer/BioNTech contabiliza oficialmente seis dosis por cada uno de sus viales, pero para extraerlas hacen falta agujas de calibre 0,1 ml, pero muchas comunidades han estado usando jeringas convencionales, desaprovechando medicamento

Personal sanitario prepara la segunda dosis de la vacuna contra la Covid-19. Foto de archivo - Foto: Quique Garcia

El Consejo General de Enfermería ha subrayado este viernes que para aprovechar al máximo el líquido de los viales de la vacuna de Pfizer/BioNTech y lograr las seis dosis que se pueden extraer es necesaria no solo la "pericia" de las profesionales sino también las jeringuillas adecuadas.

El vicesecretario del Consejo, José Luis Cobos, ha aclarado en un vídeo difundido por la organización que Pfizer, que ha actualizado la ficha técnica de su fármaco para indicar que cada vial consta de seis y no de cinco dosis, "no ha cambiado el volumen" total de los frascos, que sigue siendo el mismo de siempre.

Solo que tras la actualización de su ficha hay que aprovechar al máximo la cantidad de líquido que contiene; la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ya decretó el pasado 8 de enero que cada vial contiene hasta seis dosis si se usa el material adecuado, una más de las cinco que estaban aconsejadas hasta entonces.

Las enfermeras recuerdan que en el mercado hay disponibles una amplia gama de jeringuillas, pero la precisión de la cantidad de líquido que se extrae depende de la calibración que tengan.

Cada vial de Pfizer, una vez reconstruido, contiene 2,25 centímetros cúbicos de fármaco, y cada dosis consta de 0,3 ml, con lo cual, "hay cantidad suficiente para seis dosis".

Sin embargo, parte del líquido se pierde cuando la enfermera hace el purgado para eliminar el aire y otra se queda en el espacio muerto que, en el caso de la ficha de Pfizer, establece que no debería ser superior a 0,035 cm3. Las jeringuillas adecuadas para realizar sacar seis dosis de cada vial deben tener un "volumen muerto bajo", en concreto, deben estar graduadas a 0,1ml.

Algunas comunidades, sin embargo, han estado utilizando jeringuillas convencionales, lo cual ha impedido a los servicios sanitarios a conseguir un uso más eficiente de las dosis suministradas, como ha sucedido en Andalucía.

Su consejero de Salud, Jesús Aguirre, admitió ayer que al no disponer de jeringuillas de 0,1 ml por el "déficit" de este material no han conseguido aprovechar la sexta dosis, lo que supone "un 20 por ciento de la vacunación".

 

La segunda dosis puede aplicarse hasta 28 días después sin perder eficacia

Según ha aclarado la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, la segunda dosis de la vacuna de Pfizer y BioNTech frente a la COVID-19 puede administrarse entre 21 y 28 días después de la primera "sin que se espere que esto influya en su grado de eficacia".

A través de una nota informativa, la AEMPS recuerda que la ficha técnica de la vacuna establece que debe administrarse con una separación de al menos 21 días entre la primera y la segunda dosis, pero también que los análisis de eficacia incluyeron a participantes que recibieron su segunda dosis entre 19 y 42 días después de la primera dosis debido a que, por diversos motivos, algunos de ellos no la recibieron en la fechas previstas.

Según Sanidad, diferir la administración de la segunda dosis más allá del rango óptimo marcado en la ficha técnica "tiene el riesgo de que la protección conferida por la primera dosis es de corta duración en comparación a la que se obtiene tras dos dosis".

Por ello, en el caso de ser necesaria una demora, la AEMPS recomienda que sea "la menor posible". "Se considera que el impacto de retrasar la segunda dosis de esta vacuna frente a la COVID-19 por un período de tiempo corto no va a disminuir la protección que se alcance. Un retraso de una semana, que puede ser necesario por motivos de logística, de las condiciones de la persona que recibirá la vacuna, o de ajustes en la actividad asistencial, no se espera que tenga impacto en la eficacia de la vacunación", defienden.

De la misma forma, el organismo explica que la mayoría de las vacunas autorizadas requieren la administración de al menos dos dosis para conseguir la máxima eficacia, porque el primer contacto con el antígeno de la vacuna es capaz únicamente de desencadenar un determinado nivel de protección y éste se multiplica con dosis posteriores de la misma.

La manera en la que se determina el intervalo entre las dosis se basa en la pauta con la que se haya vacunado en los ensayos clínicos de forma que, finalmente, se traslada a la ficha técnica de la vacuna una recomendación sobre la duración de dicho intervalo.