Desde hace 25 años, la comunidad educativa arevalense responde con entusiasmo y solidaridad a la llamada de la Campaña contra el Hambre que organiza cada mes de febrero la ONG Manos Unidas. En este 2020 fue el I.E.S. Adaja la sede de la ‘Operación Bocata’, organizada desde Cáritas Parroquial de Arévalo, en la que volvieron a colaboraron todos los centros educativos de la ciudad, así como personal del Centro Asistencial Santa Teresa y voluntarios.

Los fondos logrados este año gracias a la colaboración y solidaridad de los niños y adolescentes de los colegios irán destinados a la  financiación de  la mejora del acceso a la educación primaria con la construcción y mobiliario de aulas en Anjavibe, al Este de Madagascar, proyecto del que se beneficiarán casi un millar de niños que viven bajo el umbral de la pobreza y no tienen posibilidad de educación básica.

Como otros años, a los más de 2.100 participantes, entre estudiantes, profesores, miembros de las comunidades escolares y arevalenses, se les daba, a cambio de su aportación económica, bocadillos preparados por voluntarios anónimos, miembros de las asociaciones de padres de los colegios participantes y asociadas de María Auxiliadora. ‘Bocatas’ elaborados con chorizo y salchichón, y con  las más de 70 tortillas de patata cocinadas por la asociación El Castillo y por personas anónimas de Arévalo. Además, también los panaderos, charcuteros y empresas como European Partners y Quimicel participaron en tan solidario evento, donando parte de sus productos para que el gasto económico sea menor y mayor, así, la aportación al proyecto caritativo.

A partir de las 1o,30 de la mañana se repartieron parte de estos bocadillos entre los niños de los colegios de Infantil y Primaria, mientras que a las 13,30 horas los alumnos mayores de los Institutos Eulogio Florentino Sanz y Adaja, y los de los colegios Salesianos y Amor de Dios, se concentraron en el I.E.S. Adaja en una mañana más que primaveral, para escuchar el manifiesto de la campaña de este año “Quién más sufre el maltrato al planeta no eres tú” y  tomarse, después su bocadillo solidario que, junto con un refresco, se vendió a tres euros.

La Operación Bocata es el punto final y culmínate de toda una semana de trabajo con los alumnos de los centros educativos. Semana en la que, por medio de distintas actividades, como la visita a los colegios de un misionero, conocen el proyecto y los resultados de las iniciativas de años anteriores de Manos Unidas y que ya se han convertido en realidades solidarias.

 Todo en un día de ayuno voluntario, para simbolizar las necesidades que sufre el tercer mundo: los asistentes aprenden que hay más de 800 millones de personas en el mundo que no pueden comer cada día y pasan hambre.