Cultura evalúa la Muralla tras el desprendimiento

B.M
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El Ministerio confirma que en este momento se está en la parte técnica para proponer una posible intervención. En su día el Ayuntamiento señaló que esperaban este trabajo

Cultura evalúa la Muralla tras el desprendimiento

La tarde del 3 de noviembre saltó la alarma cuando se produjo el desprendimiento de un merlón de la Muralla en el paseo del Rastro aunque afortunadamente no hubo que lamentar daños personales. Después llegaron los trabajos de emergencia por parte del Ayuntamiento y ahora, un mes después, la situación está en manos del Ministerio de Cultura y Deporte.

Según explican desde este Ministerio en estos momentos está en proceso la evaluación técnica de las patologías detectadas en esta zona de la Muralla para proponer una posible intervención. Es decir, lo que está haciendo Cultura es el análisis de la situación para determinar después qué acciones se tendrán que llevar a cabo. Mientras tanto la zona permanece vallada.

Lo cierto es que ya en su momento el propio Ayuntamiento señalaba que se estaba a la espera de la llegada de los técnicos del Ministerio de Cultura para determinar qué trabajos eran necesarios para la rehabilitación. No se puede olvidar que el Estado es el titular del monumento, de ahí su papel en toda esta situación.

Hasta ahora, lo que se ha hecho de forma material tras el desprendimiento son los trabajos de emergencia por parte del Ayuntamiento, que se prolongaron durante varios días. Fue para estabilizar lo sucedido tras el desprendimiento en el paseo del Rastro entre los cubos 76 y 77, en el lienzo sureste del monumento, especialmente para evitar que hubiera ningún tipo de peligro.

Sí que se explicó en su momento, al menos así lo dijo el alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, que fueron trabajos «arduos», sobre todo el primer fin de semana tras lo sucedido. Supuso que se tuvo que desmontar parte del muro que cayó y golpeó la zona afectada de la Muralla, haciendo que un merlón se desprendiera y que posteriormente hubiera que desmontar uno más para evitar que sucediera lo mismo. Lo que cayó, se explicó, fue un muro anexo a la Muralla de los años 30 del siglo pasado. Fue necesario derribar parte de esta estructura «para poder garantizar la seguridad de los niños y la comunidad educativa del colegio Diocesano y también la seguridad del adarve y la propia estructura».