Roberto Serna

El líder que hay en ti

Roberto Serna


La travesía por el desierto

30/11/2022

En la travesía de los días en que nos vemos con el agua al cuello, desde que los iniciamos hasta que cogemos de nuevo aliento, estamos solos, nadie soporta el dolor más que nosotros por mucho que nos quieran ayudar, es el momento en que dejamos ir a la persona que éramos para esta vez con fuerza y decisión acoger la nueva piel de quienes somos ahora.
Sé que hoy en día creemos que la medicina puede curarnos cualquier cosa que nos afecte, nos entregamos a ella con tanta confianza que olvidamos rodear nuestros hombros con la misma calidez que sienten quienes están seguros de superar lo que sea que les detenga, y cuando nos quedamos estancados huimos a todas partes sin control pensando en dos cosas: lo que se nos ha venido encima sin apenas enterarnos y la de veces que nos avisamos de que si esto pasaba sería mejor estar preparados.
Pero puedes estar preparado para la peor de las tormentas y aun así terminar empapado. Como seres humanos no somos invulnerables y no tenemos una solución para cada cosa, como con todo tenemos que aprender por mucha experiencia que tengamos acumulada. Porque a veces las cosas nos llegan sin quererlas y es entonces cuando decidimos si las aceptamos como algo natural en la vida o nos resistimos a ellas. Solo que todo lo que se resiste persiste, y todo lo que se acepta nos acaba por transformar en seres mejores de lo que fuimos, al menos más valientes, menos huidizos, y eso ya es signo de preparación.
En verdad nada debería asustarnos más que no darnos la confianza de atravesar cualquier conflicto que haya surgido en el camino. Quizás deberías hacerte la siguiente pregunta: ¿soy lo suficientemente fuerte como para sentarme aquí, yo solo, conmigo y bajo auténticos truenos? Si puedes hacerlo porque ya lo has hecho antes no tendrás nada que temer por mucho ruido que oigas, los bombardeos no te robarán la paz, sin embargo si es tu primera vez deberás aguantar contra todo viento y sequía, contra toda hambre y sed mucho más de lo que te gustaría experimentar. 
Tras esa tormenta, a todos nos aguarda lo que habíamos perdido, o mejor dicho, lo que se nos había robado, como el derecho a reír, a sonrojarse, a sentir orgullo y pelear de nuevo con confianza, solo que esta vez algo ha cambiado. Nosotros hemos cambiado. Mira, para los mares hay dos clases de piratas, los que juegan en su barco y los que se aventuran a buscar tesoros, y los que se compraron el parche en las rebajas no llegan lejos. Solo los otros acaban encontrando lo que buscan. Saber lo que significan las condiciones en las que te hallas y atreverte a navegarlas puede traerte desgracias, pero no habrá sol en el horizonte a menos que cruces tu tormenta.
Así llega un día en el que haces las maletas pensando en el viaje y no en si habrá obstáculos que sortear. Te vistes para el viaje y no para tus miedos. Haces gala del enorme poder que se te ha conferido como premio a tu inquebrantable voluntad de seguir bajo las peores circunstancias. Tus huellas serán recuerdo de tus batallas y también aliento para quienes han visto que las posibilidades existen, que están ahí, que tú estuviste en el lugar que ahora ellos ocupan y venciste, y que solo tienen que atreverse a seguir en pie.

ARCHIVADO EN: Sequía