La mera utilidad elevada a la categoría de arte

D.C
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El abulense José Luis del Pozo expone en el Palacio los Verdugo una colección de 43 bastones elaborados por él con maderas recicladas a los que ha regalado ornametaciones diferentes que les hacen piezas singulares

La mera utilidad elevada a la categoría de arte

José Luis del Pozo, abulense, se acaba de estrenar en el mundo de las exposiciones artísticas en el patio superior del Palacio los Verdugo, con una muestra titulada 'Artesanía de bastones' que llena, tal y como su nombre indica, una celebración de las posibilidades artísticas que ofrece ese elemento creado para ayudar a andar, que a la vista de lo que él muestra no son pocas.

Lo que ha reunido Del Pozo en esta exposición, explica él mismo, «son bastones de madera hechos y tallados a mano, de una única pieza, realizados con maderas recicladas de todo tipo que bien me he encontrado paseando por el campo o bien he rescatado de muebles que ya no servían».

Fresno, haya, pino, sapeli y arizónica, no roble y encina, tampoco nogal aunque en este caso no por dificultad para la talla sino porque no ha tenido la oportunidad, son las maderas elegidas para crear esos bastones, para cuya talla «he utilizado navaja y formones chiquititos, para hacer relieves en redondo de la manera más precisa posible».

El primero de esos bastones lo realizó con «un palo que encontré estando de paseo con mis nietos, y en él hice una espiral» formada por un bajorrelieve formado por dos carriles circulares paralelos, uno de ellos en forma de surco hondo que ayuda a resaltar la altura del otro,  pieza inaugural a la que han seguido otras muchas que ha ido realizando dejándose llevar, una vez que ha encontrado el palo adecuado, «por la idea que me viene a la cabeza al verlo».

También en algunos casos, añade, «he sacado ideas de internet para desarrollar» su dibujo o su relieve, a veces llevando a su bastón una «idea que había visto en piezas o dibujos que nada tienen que ver con ese utensilio».

Para esta exposición ha traído los 43 bastones que ha realizado hasta el momento, una tarea creativa que comenzó a llevar a cabo hace cinco años y de la que, afirmó, se siente «orgulloso».

Unos bastones los adorna tallando en ellos piezas de ajedrez, otros con fichas de dominó, en otro la empuñadura es una calavera que tiene articulada la mandíbula inferior para que pueda moverse, en acción más divertida que tétrica, y en otros son puños o bolas de adorno.

Entre las maderas que ha recuperado de muebles domésticos para hacer sus bastones explica José Luis del Pozo que hay patas de mesa y palos de cortina, maderas en las que se nota a veces la previa intervención humana.

Todos esos bastones que ahora cuelgan en las paredes del patio interior del Palacio los Verdugo, añade con una cierta satisfacción su creador, han sido, antes que los objetos que por el arte que encierran pueden ser piezas de adorno, elementos creados específicamente para ser usados como ayuda a la hora de caminar, doble función, la del servicio y la de pieza artística, que les hace una pizca más valiosos.