Un complejo artesanal e industrial desconocido

P.R.
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Este fin de semana se realizan visitas guidas a las Tenerías de San Segundo. Si no se acercó el sábado a ver este yacimiento arqueológico, mañana domingo todavía tiene la oportunidad a partir de las 13 horas

Público asistente al primero de los pases del día - Foto: David Castro

Durante este fin de semana se el ayuntamiento de Ávila organiza visitas guiadas a uno de los complejos artesanales e industriales más desconocido de la ciudad, las Tenerías de San Segundo. Las visitas fueron dirigidas por  Alfonso Galán.

«Lo más relevante de estas visitas es que se puede ver es un complejo artesanal e industrial, de la época postmedieval de la ciudad de Ávila», señala Alfonso Galán que se encarga de mostrar este yacimiento postmedieval excavado hace unos años. «Sobre todo lo que se puede ver es un complejo de tinas y piletas y utensilios donde se curtía la piel desde los siglos 14 hasta el 17, cuando se dejó de utilizar hasta que apareció la  Real fábrica de algodón, decretada por el Rey Carlos III». Galán valora que además de los restos arqueológicos, se puede disfrutar del lugar donde se emplaza este espacio arqueológico, «un espacio natural, en contacto con el río. Un espacio que está musealizado al aire libre. Es una manera de comprender las actividades artesanales a partir  no solo del curtido, sino del proceso para curtir la piel a partir de la materia prima que daba  el lugar en sí, como era la palomina que se extraía del palomar que se encuentra en la entrada del espacio».

Recuerda el guía que la palomina era un material curtiente con el que se trataban las pieles a las que se suavizaba y servía  «para adobar las pieles». En otros lugares de España se utilizaba este nombre, adobería,  para denominar estos complejos, con el que se conoce a las tenerías.  En este caso utilizaban los excrementos de las palomas en vez del tanino porque este último era más difícil de conseguir ya que «estaba en las cortezas de los árboles y era más difícil de trabajar». Con la palomina el proceso era más sencillo y cómodo porque  el palomar producía no solo alimento sino  también el abono para las plantas y para los huertos y para curtir las pieles.

Mencionó a autores como Serafín de Tapia o Asunción Salazar para hablar del proceso del curtido de las pieles en estas tenerías. Comentó que estos autores estiman que el proceso solía durar entre  unos 12 y 15 meses. Era tres los procesos en los que solían realizarse para curtir las pieles. 'Remujadero' o de las labores de ribera, que se realizaba más cerca del río ya que requería de un surtido constante de agua en el que a la vez se encalaban las pieles. Después llegaban a un proceso de tersar la piel y engodarla. Aquí entraría el proceso con el tanino o con la pancreatina de las palomas. Después ya se estiraban y se secaban las pieles y se dejaban dispuestas para fabricar los diferentes utensilios: ropa, aldabas, caballería, guarnición, zapatos, etc.

En cuanto al número de trabajadores que tendrían este complejo artesanal indicó que viendo los diferentes complejos que se han descubierto, «unas cinco o seis y su tamaño, en cada una de ellos  el espacio es bastante reducido, con lo cual calculo que en cada una de ellas habría una persona trabajando por tina o pileta, con lo cual podían entrar unas cinco personas, en cada uno de los locales y multiplicado por las cinco que se contemplan en este yacimiento, da la idea que algo menos de 30 personas».

El complejo está abierto al público los fines de semana (sábados y domingos) y en festivos. De  11 a seis de la tarde los sábados y de once a  dos los domingos y festivos.