38 especies de aves crían en el Paseo fluvial de Arévalo

D.C
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Los ornitólogos arevalenses Javier García Sáez y David García López presentan el informe anual del estudio de los pájaros presentes en ese espacio natural

38 especies de aves crían en el Paseo fluvial de Arévalo

El Paseo fluvial de Arévalo, zona natural que marcan los cauces de los ríos Adaja y Arevalillo en los casi tres kilómetros que discurren a los pies de la capital de La Moraña rodeando su casco urbano, se está consolidando desde su habilitación como tal a mediados de la pasada década como una zona de creciente riqueza animal y vegetal, en especial en lo que se refiere al mundo de las aves, tal y como han puesto de evidencia los ornitólogos arevalenses Javier García y David García a través de un estudio de las características de ese espacio.

Estos dos estudiosos de la naturaleza han estado haciendo un seguimiento de la presencia animal en el Paseo Fluvial desde su creación, en especial de las aves, labor de estudio que en el último año ha sido más intensa y se ha consolidado en un informe cuyos resultados han presentado en un informe que harán llegar al Ayuntamiento de Arévalo.

Consideran ambos investigadores que este estudio de las aves que viven en ese espacio verde a lo largo de todo un ciclo anual, «su composición, riqueza, abundancia relativa, fenología, estatus local y patrones de selección de hábitat puede ser un buen indicador de la salud ambiental del Paseo Fluvial de Arévalo y determinar las líneas a seguir para una correcta gestión y conservación de este espacio verde municipal», y con ese objetivo, el de «informar para concienciar y reivindicar el máximo cuidado, tanto al Ayuntamiento como a los vecinos», quieren dar la máxima difusión a los resultados.

Los objetivos que les llevaron a realizar ese seguimiento de la mucha vida animal que late en el Paseo Fluvial los resumen en los de «caracterizar la comunidad de aves allí presente a lo largo del ciclo anual (riqueza, abundancia relativa, fenología y estatus local)», analizar la «evolución de la comunidad de aves desde el inicio de las obras» para la creación de ese espacio verde, y «utilizar los resultados de los censos de aves como un indicador ambiental que permita valorar la eficacia de las actuaciones de conservación y mejora ecológica, identificar posibles impactos y/o problemas de conservación, y definir las necesidades de gestión y conservación de este espacio natural urbano».

Para llevar a cabo todo ese proyecto, que iniciaron de forma menos constante en 2015 para dedicarle una dedicación plena en 2021, Javier y David García explican que siguieron una metodología «consistente en realizar censos de aves mediante recorridos por un itinerario fijo dividido en tres tramos, con 2.900 metros por el paseo fluvial en los que se tomaba nota de cada registro de un ave o grupo de ellas y de su especie».

Fruto de ese programa fue la realización el pasado año de «entre tres y cuatro censos mensuales por cada censador, con un total de 72 recorridos y más de 80 horas de observación acumuladas», trabajo que dio como resultado más destacado el del registro de «al menos 72 especies diferentes de aves que hacen uso del paseo fluvial, es decir, que lo utilizan para alimentarse, reproducirse o descansar»; de ese total se encontraron «evidencias de reproducción en la zona para 38 de las especies registradas», una cifra «muy interesante que demuestra la importancia de ese espacio para el mundo de las aves».

Las especies más abundantes detectadas en ese estudio de campo realizado mes a mes, añaden sus autores, «han sido el pinzón vulgar, el chochín, el mirlo, el petirrojo, el carbonero común y el jilguero», variedad que en su opinión demuestra que «la riqueza de especies registrada en la zona es bastante elevada, especialmente si se tiene en cuenta la proximidad a la ciudad».