Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


El metaverso: ¿la pérdida de la realidad?

10/02/2022

Dicen las 'malas' lenguas que el futuro estará en la nube. Realmente much@s llevan en ella demasiado tiempo, porque algun@s están en las nubes día y noche sin darse cuenta de lo que acontece a su alrededor. Eso del metaverso, o más bien algo semejante está inventado hace ya muchos años en diversos juegos de consolas varias, en los que el usuario es capaz de crear mundos enteros desde cero, interactuando con otros personajes, y de los que existen numerosos ejemplos que no citaremos aquí para no mencionar marcas comerciales.

La influencia de la virtualidad en nuestra existencia aumenta a un ritmo desenfrenado y en ocasiones caótico, y el llamado internet de las cosas con el que nuestros dispositivos domóticos se conectan a toque de móvil o de voz de nuestra asistente cibernética "se nos inyecta en vena" poco a poco. A veces queriendo, y otras casi por imposición llevados por el movimiento del rebaño, para no quedarte descolgado tecnológicamente.

No es fácil gestionar tanta historia en la red de redes, hasta el punto de que en ocasiones a algunas personas les está causando serios problemas emocionales, porque también allí es muy fácil el insulto anónimo y machacar a distancia al prójimo sin dar la cara y oculto bajo pseudónimos y perfiles falsos; algo muy fácil de hacer pero mucho más complejo de perseguir judicialmente. Eso sí, algunos son carne de cañón y se pasan cuatro pueblos porque publican sus movimientos casi minuto a minuto, sólo les falta colgar cuando van al servicio y mostrarnos el resultado; o cuelgan sus salidas, movimientos y viajes en directo, dando buena información a los amigos de lo ajeno para que visiten su casa cuando no están.

Ahora con la invasión del metaverso que está ya aquí mismo, se está dando el salto de las consolas y ordenadores iniciales hasta la nube, creando un mundo 3D en el que todos podemos fabricar nuestro avatar y vivir en un mundo virtual, paralelo al real, donde podemos vernos con otras personas y realizar todo tipo de actividades, e incluso comprar espacios virtuales y utilizar criptomonedas para ello, algo que va a ser complicado de regular, aunque 'hacienda' seguro que encuentra en poco tiempo el modo de hacerlo.

Mientras medito sobre ese futuro, no cesan de llegarme solicitudes de amistad al Facebook de gente que no conozco de nada, y eso que apenas lo uso. Seguramente me perderé algún amig@ de mis amig@s con el que resultaría interesante conectar. También he visto demasiadas sugerencias de grupos que sí considero de gran interés para mí, pero que si me apunto a todos puedo volverme loco, porque la inteligencia artificial de estas redes son cada día más sofisticadas y conocen mis aficiones e intereses varios por la ciencia, la naturaleza, la pintura y otros entretenimientos varios. El problema es que si me uno a ellos estaría todo el día recibiendo notificaciones y me volvería majara (más aún).

A pesar de que la informática me apasiona, he intentado desconectar de este mundo digital todo lo posible, pero manteniendo un pequeño nexo de unión con él porque por supuesto tiene enormes ventajas si se sabe llevar bien y consigues que no te atrape en la adicción, algo que sobre todo algunos adolescentes no gestionan bien, poniendo en serios aprietos su inteligencia emocional.

Y es que en muchas ocasiones estamos tan pendientes del mundo digital, del virtual, que nos olvidamos de la realidad que nos envuelve, que los amigos reales no son todos los virtuales, salvo contadas excepciones, y que por muchos paisajes hermosos que veamos en 3D no serán mejores ni lograrán transmitirnos las sensaciones que los visitados físicamente.

Voy a ver si acabo este artículo, leo el correo electrónico y borro el puñado de spam que llegan de bancos y mensajeros falsos, echo un ojo a las múltiples apps del móvil que casi te obligan diversas compañías a instalar, le pido a Alexa o al Ok de Google que me apague la luz y la tele, y me voy a dar un paseo alrededor de nuestras hermosas murallas, que por cierto, también están ya por ahí virtualizadas por si las quieres visitar desde la cama o el sofá. :-(

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