Los turistas que recorrían el centro histórico de Ávila al mediodía de este domingo observaban, entre sorprendidos y encantados, el paso de la Banda de Música Ciudad de Ávila por la calle San Segundo, en cuyas aceras los viandantes se detuvieron para contemplar a los músicos y escuchar con atención la pieza que interpretaban, en ese momento un conocido pasodoble. Casi nadie sabía a qué se debía el pasacalles, pero propios y extraños aplaudieron con ganas al finalizar la pieza. Hubo incluso quien se bailó un pasodoble. La celebración del Día Europeo de la Música era la razón de que ésta resonara ayer en el corazón de Ávila, primero con los sones inconfundibles de la dulzaina y el tamboril, interpretados por la Banda de Dulzainas de la Escuela Municipal de Música de Ávila, incluyendo no solo a músicos veteranos, sino también las nuevas generaciones, niños entregados a este instrumento tradicional que también desfilaron tocando para celebrar el Día de la Música. 

Precisamente, el teniente alcalde de Presidencia, Interior y Cultura del Ayuntamiento de Ávila, José Ramón Budiño, acompañó a los participantes en estas actuaciones que se desarrollaron en colaboración con Juventudes Musicales de Ávila, con el objetivo de celebrar el Día Europeo de la Música y despertar el gusto por la misma, según informaron fuentes municipales.

Con ese motivo, el Área de Cultura del Ayuntamiento de Ávila organizó una completa jornada en la que diferentes estilos musicales pudieron escucharse en directo y al aire libre, tanto por la mañana como por la tarde, en calles y otros  espacios de la ciudad, al alcance de todos. La banda de dulzainas de la Escuela Municipal de Música de Ávila interpretó varios temas en lugares como las plazas del Mercado Chico, Catedral y Santa Teresa, mientras que la Banda de Música de Ávila también actuó en el Mercado Chico, la plaza de la Catedral y el jardín de San Vicente.

Ávila festejó el Día Europeo de la Música - Foto: Isabel Garcíaconciertos de tarde. Ya por la tarde, a partir de las siete y media, fue el turno de la Ronda a la Muralla, en el que los miembros del grupo Cigarra interpretaron piezas de la música tradicional de Ávila y los pueblos de su provincia, que iniciaron en el Arco del Rastro y continuaron por el Arco del Alcázar, el atrio de San Segundo, la plaza de la Catedral y la plaza del Mercado Chico.

En colaboración con el Colegio Oficial de Arquitectos de Ávila, que cedió el jardín de su sede para las actuaciones de la tarde, también se celebraron allí dos conciertos. En el primero actuaron Pedro Almeida y Pedro Sáez para, a continuación, ceder el escenario a Adarve Jazz, que empezó a tocar a partir de las ocho de la tarde.

Fue, sin duda, un día dedicado a la música de la mejor y única manera posible.