Un 'duende' para interpretar a un pícaro en el Lagasca

M. J. Carrera
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El Lazarillo de Tormes nunca defrauda, y menos cuando la historia la cuenta un actor como Luis Miguel Orcajo, de la asociación El Duende de Lerma

Un ‘duende’ para interpretar a un pícaro en el Lagasca

El Lazarillo de Tormes no defrauda nunca. Y, desde luego, cuando la historia la cuenta un actor como Luis Miguel Orcajo, el éxito está asegurado. El público de El Barco de Ávila tuvo la oportunidad de presenciar al burgalés Duende de Lerma meterse en la piel del mismo Lázaro que, desde el año 1.554 en que se conoció una de sus primeras ediciones, viene procurando grandes momentos a quienes se acercan con mente abierta a su lectura o a su puesta en escena.

Orcajo, en una actuación memorable, no solo interpreta en esta versión el personaje del pícaro Lazarillo, también representa las figuras  de sus patronos:  el ciego, el clérigo avaro y el arcipreste, su último amo, que lo casa con su amante para acallar los rumores de amancebamiento que corren por Toledo. 

Es la última ciudad donde ha recalado el protagonista de esta novela picaresca con la que se estrenó este género tan típicamente español y que tanto juego ha dado a lo largo de los muchos años que han pasado desde aquel lejano siglo XVI en que fue escrita por algún anónimo humanista que nos dejó una obra maestra, con un duro retrato de la hipócrita sociedad de un  tiempo en que España era cabeza de un gran imperio, pero también solar de un pueblo en el que las capas bajas pasaban grandes miserias. 

La Asociación Cultural El Duende de Lerma, que puso en escena esta obra, lleva solamente 10 años sobre las tablas, pero sus actores tienen detrás de sí un largo bagaje con su pertenencia al grupo de teatro La Hormiga, desde el que recalaron en éste de nueva creación. En ese corto espacio de tiempo han logrado grandes éxitos y la friolera de más de un centenar de premios nacionales. 

Su director y actor principal es el mentado Luis Miguel Orcajo, que pone todo su talento en marcha en sus producciones y, desde luego, logra un gran nivel, como  en este caso en que él solo, con su chispa, logra que se haga corta la hora y media que dura el espectáculo. 

Un espectáculo en el que, además de las aventuras y desventuras del pícaro salmantino, el Duende introduce también paralelismos con la situación actual española en la que, sin duda, la picaresca y la delincuencia siguen siendo temas de primera actualidad, aunque por supuesto, sus protagonistas no han pasado nunca tanta hambre como pasó  el pobre Lazarillo.

El público barcense, que recordaba con gusto las anteriores actuaciones del Duende de Lerma en su precioso teatro, prácticamente lo llenaron para verlo, premiando su gran trabajo con un largo aplauso. 

 Como colofón a esta XVI edición del Certamen Lagasca, este sábado día 26 de junio el grupo de teatro La Garnacha, de Logroño, que ya ha actuado en varias ediciones de este certamen, pondrá sobre la escena el drama de Ariel Dorfman La muerte y la doncella.