Las otras 'víctimas' de la sequía

I.Camarero Jiménez
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Numerosas encinas de las dehesas cercanas a la capital están pereciendo víctimas de la falta de precipitaciones

Las otras ‘víctimas’ de la sequía - Foto: David Castro

La sequía tiene muchas caras y está visto que ninguna buena. Los posibles cortes de agua en los grifos de los abulenses, las restricciones, la peor calidad de este líquido vital y el hecho de tener que someterlo a un mayor tratamiento para potabilizarlo es sólo una de las facetas y quizá de lo que menos se ve. Ahora bien si alzamos la vista del suelo y ponemos nuestros ojos en los jardines de la ciudad y de los pueblos y, un poco más allá, en los bosques y las dehesas descubrimos a golpe de realidad que los árboles lo están sufriendo sobremanera. Hace unos días llegaba una carta a Diario de Ávila alertando  de la gran presencia de encinas secas precisamente en dehesas cercanas a la capital abulense con  nombres y apellidos: la dehesa de Pancaliente y Penarros en Narrillos de San Leonardo, la de Pedrosillo y Aldeaciego, en Ávila. Apuntaba el comunicado que se debía a la enfermedad provocada por el hongo Phytophthora Cinnamomi conocida como ‘La seca’, pero puestos en contacto con el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y aunque barajaron que fuera precisamente esa patología la que acababa con estos seres vivos finalmente ha sido algo más básico, la falta de agua, la culpable. Un número, que no está cuantificado, pero que a tenor de estas imágenes que acompañan el reportaje, es elevado. 

Y es que Ávila está sufriendo, casi como ningún territorio de España, un gran estrés hídrico por la falta de lluvias y el calor del verano; de ahí además el elevado y cierto riesgo de incendios que hemos sufrido.