Editorial

La provincia Ávila, a contracorriente en los datos de empleo

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Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre revelan que Ávila es de las provincias de Castilla y León que peor esta respondiendo a la recuperación, al menos en términos relativos. La EPA es una investigación del INE continua y de periodicidad trimestral dirigida a las familias que viene realizándose desde 1964. Su finalidad principal es obtener datos de la población en relación con el mercado de trabajo: ocupados, activos, parados e inactivos Se realiza sobre una muestra de 65.000 familias al trimestre o, lo que es lo mismo, unas 200.000 personas. Los resultados de este trabajo hablan de que Ávila va una vez más a contracorriente, y mientras en relación al anterior trimestre en España se registran una importante creación de empleo y una caída del paro, en la provincia abulense se experimenta una subida de desempleados de 1.400 personas en términos absolutos y de un 12,5% en guarismos relativos. 

Peor incluso es el registro anual abulense, con una subida del paro del 34,4%, solo superada ligeramente por Soria. Como rúbrica a este panorama negativo, figura en la cumbre de la pirámide estadística una tasa de desempleo en Ávila del 17,18 por ciento, una vez más, la mayor de Castilla y León (5 puntos por encima) y superior igualmente de la nacional, que es del 15,26% Todo ello indica que, si bien en el conjunto nacional el despegue parece ir afianzándose a la misma velocidad que la vacunación, en nuestra provincia, la elasticidad de su desarrollo es mucho menor y ello tarda, por tanto, en reflejarse en parámetros como el del empleo, muy intensivo en mano de obra por lo general. Desde la Junta relativizan los datos de la EPA, recuerdan que es una encuesta y se remiten a los registros más benévolos del Ecyl. Este es siempre un debate recurrente, pues el desfase entre ambos análisis es siempre grande, pero es que los criterios de valoración y recopilación también son muy diferentes. El aumento de la cifra de ocupados es el reverso de las cifras negras del desempleo, un hecho que refleja  el repunte en la actividad económica. Quizás estemos en ese momento de inflexión, ligado a la salida de la crisis sanitaria, en el que lo urgente es apuntalar los logros e inmediatamente afianzar el crecimiento, sin demasiados experimentos ni palos de ciego, al menos hasta que la llegada de fondos europeos nos permita catapultar definitivamente el desarrollo. Mantener el tejido productivo, la flexibilidad laboral pactada y una mejora en la calidad y productividad del empleo, así como modernizar empresas y negocios aprovechando los fondos de resiliencia y recuperación son recetas ineludibles en este momento. Al mismo tiempo, es necesario llevar a cabo reformas legales, tendentes a estimular y apoyar el proceso de recuperación. Para ello, sigue siendo importante el papel del Diálogo Social no solamente a la hora de la puesta en marcha de medidas como los ERTE y las ayudas a trabajadores y empresas, sino también para conciliar las aludidas reformas legales.