Las voces de la espiritualidad

Mayte Rodríguez
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Pasión Vega deslumbró en la interpretación que hizo este sábado de la Misa Criolla junto a la Sociedad Coral de Bilbao en el marco del Ávila Primavera Fest, que por la mañana ofreció mini conciertos en las calles del centro

Las voces de la espiritualidad - Foto: David González

Solemnidad y alegría, espiritualidad y gozo a partes iguales tomaron la Sala Sinfónica del Lienzo Norte en la tarde de este sábado, en la que el segundo concierto del Ávila Primavera Fest ofreció la Misa Criolla compuesta por Ariel Ramírez en 1964 en la voces de Pasión Vega y de la Sociedad Coral de Bilbao. Todo un lujo vocal y musical en la capital abulenses  que, sin embargo, no contó con el favor del público, muy escaso a pesar de la incuestionable calidad de la propuesta artística.

Vestida de blanco inmaculado, Pasión Vega inundó el escenario como solo las grandes saben hacerlo, aunque supo compartir protagonismo con las voces del orfeón más veterano del País Vasco, logrando crear una atmósfera realmente mágica, a la altura de una obra que  combina el espíritu de la liturgia católica con el folklore musical argentino hasta el punto de trascender religiones y géneros para priorizar un mensaje de paz que quizá hoy cobra un sentido especial.

En algún momento del concierto Pasión Vega llegó a emocionarse, imbuida por el espíritu de una obra de alcance global de la que el público supo disfrutar en toda su dimensión, aplaudiendo cada pieza se escuchaba y ovacionando a los casi sesenta músicos que ocupaban el escenario. 

 Por la mañana se vivió una auténtica fiesta en la plaza de la Catedral, donde alumnos de percusión del Conservatorio Profesional de Música de Ávila, guiados por un profesor, interpretaron varios temas, logrando concitar el interés de turistas y abulenses, que disfrutaron al aire libre de una actuación cargada de energía y buen rollo, que se unió inesperadamente a la expectación con la que los invitados esperaban a las puertas del primer templo abulense a la pareja de novios cuya boda se había celebrado en la Catedral Sin duda, las claves rítmicas afrocubanas e ibéricas que interpretaron los ocho músicos contribuyeron a crear una atmósfera muy especial en el corazón de Ávila, especialmente bullicioso a esas horas.

En otros puntos del centro histórico de Ávila, como las plazas del El Chico y El Grande, la de Adolfo Suárez y la de José Tomé también jóvenes músicos abulenses ofrecieron mini conciertos enmarcados en el Ávila Primavera Fest. Pese a que la lluvia caída a primeras horas de la mañana obligó a retrasar media hora el inicio de las primeras actuaciones previstas, finalmente se pudo cumplir el programa. Cuando unos grupos terminaban su actuación comenzaban los otros, aunque algunos de ellos coincidieron ante la atenta mirada de quienes, sorprendidos por la música en directo durante su recorrido por el casco antiguo de Ávila, se detenían para disfrutar de ese regalo inesperado.