Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


El graznido de los patos y los SONIDOS DEL MUNDO

15/12/2022

Estos días lluviosos y con temperatura agradable en la ciudad (algo casi inédito en pleno mes de diciembre), están sirviendo para que los caminantes, senderistas y paseantes, paraguas en mano se acerquen a dar una vuelta por las orillas del Adaja a ver cómo va creciendo nuestro río poco a poco.

Si podemos realizar esta visita de forma tranquila, sin prisas, disfrutando del paisaje que nos envuelve y tenemos la suerte de que no haya mucha gente alrededor gritando en pleno campo, descubriremos sonidos que en otras ocasiones nos resultarían imperceptibles, como por ejemplo las gotas de lluvia golpeando nuestro paraguas o chubasquero, que se confunden o más bien se ven amortiguadas por el fragor de la corriente de un río castigado y contaminado más de la cuenta; aunque he leído hace unos pocos días cómo existían varios proyectos de depuración en algunos pueblos tanto aguas arriba como cauce abajo de la ciudad. A saber si se harán realmente.

Otros sonidos que destacan incluso por encima del torrente acuático, son los graznidos de los patos que forman un agradable concierto, aunque sea con sólo unas cuantas notas musicales. El agua discurriendo lentamente unido a las gotas de lluvia, el graznido de los patos y su contemplación viendo como nadan de forma suave sobre el líquido, relajan a cualquiera que sea capaz de pararse un momento, observar, y escuchar atentamente lo que hay a su alrededor.

Porque 'lo de escuchar' es importante. Acabo de hojear brevemente el último libro del gran "especialista de los sonidos naturales" Carlos de Hita; un excelente maestro en la grabación sonora de lo que acontece en la naturaleza y que nos ha descubierto a través de sus miles de archivos, lo que nuestros oídos no son capaces de captar. Este guionista, escritor, documentalista y aventurero nato, moviéndose siempre con sus equipos altamente sensibles, nos descubre y asombra, entre otras muchas cosas, con paisajes sonoros tanto de la naturaleza salvaje como de la humana.

Esta última obra editada por Anaya Touring "Sonidos del Mundo" viajar de oídas fusiona sabiamente las imágenes que acompañan las páginas con un texto descriptivo, claro, sencillo y esclarecedor en el que nos cuenta sus experiencias y sensaciones durante su largo camino a través del mundo entero, necesario para elaborar esta nueva obra.

Pero además, éste es un libro "que suena", porque como nos tiene acostumbrados en otras monografías anteriores, cada capítulo está marcado con un código QR que el lector puede escanear, y permite escuchar otro relato de su propia voz que nos introduce en los 'ruidos' que realmente son música, o los murmullos que son pura sintonía.

Desde la banda sonora infinita de las selvas del Amazonas, pasando por las montañas del centro de África, las cimas más altas del Tíbet o los desiertos más inhóspitos, Carlos de Hita nos deleita con cientos de archivos que junto con los textos e imágenes de esta obra nos transportan de forma imaginaria a los lugares que nos describe y nos demuestra que aparte del ruido mediático y los a veces estridentes sonidos de la civilización, hay otro mundo sonoro en numerosas ocasiones imperceptible que unas veces no queremos escuchar y otras, necesitamos libros vivos como éste para percibir con toda su potencia y calidad. Eso sí, el autor nos recomienda unos buenos cascos para captar con toda su intensidad los sonidos enlazados a la web.

A través de esos códigos también nos muestra de forma visual los sonogramas que son la representación gráfica de los sonidos y que nos ayudarán a comprender mejor sus cadencias, potencia e intensidad en un simple vistazo y a la vez que los escuchamos.

...Sigo caminando por el Adaja percibiendo ahora el aleteo de los patos y pensando en el libro de Hita que retomaré cuando regrese a casa...

Al llegar a la altura de la estación de pretratamiento de residuales, cerca de Fuentes Claras, veo a una decena de azulones 'cantando' y chapoteando en el agua, y pienso casi en voz alta ¿cómo serán capaces de bucear en semejante inmundicia? Porque las lluvias han hecho de nuevo que las alcantarillas rebosen aguas residuales por aquí. ¡Qué triste y lamentable, de verdad!    :-()