Editorial

Alcohol, coches y la Navidad a la vuelta de la esquina

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El Ayuntamiento de Ávila y Espirituosos España premiarán este sábado a los jóvenes de la ciudad que no hayan consumido nada de alcohol en los controles que la Policía Local realizará esa noche en diferentes zonas de la ciudad. A todos los conductores que demuestren su consumo cero de alcohol en los controles de alcoholemia se les premiará con un cheque de gasolina por importe de 20 euros, canjeables en cualquier gasolinera Repsol. En contra de lo que pueda parecer, España no está entre los primeros países de Europa en consumo de alcohol. El top 10, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo ocupan Lituania, Bélgica, Austria, Bulgaria, Francia, Luxemburgo, Alemania, Irlanda, Polonia y Reino Unido. Nuestro país se sitúa en la mitad de la tabla, superando a Italia y Hungría y, eso sí, por encima de la media europea. En España el consumo de alcohol es una práctica muy ligada a la cultura mediterránea, con preferencia hacia las bebidas fermentadas como el vino y la cerveza, consideradas parte de la alimentación. Sin embargo, este sustrato cultural, no carente de riesgos por supuesto, propicia una fácil acomodación de los jóvenes a la costumbre, pero incorporando crecientemente la ingesta de alcohol destilado, de mayor graduación y, en general, en forma de consumo concentrado y en cierta manera 'compulsivo'. El alcohol es uno de los factores de riesgo más frecuentemente implicados en los accidentes de tráfico. Está presente entre el 30% y 50% de los accidentes mortales. Existe la  percepción de que el riesgo de accidente se asocia únicamente  a niveles de consumo muy elevados, pero sus efectos negativos sobre la capacidad de conducir se observan incluso con niveles bajos de consumo. A medida que aumenta la cantidad de alcohol en el organismo, lo hace el riesgo de accidente: con una alcoholemia de 0,5 gr de etanol por litro de sangre se  multiplica por dos el riesgo de sufrir un colisión, y con 0,8 gr/l el riesgo es 5 veces mayor. No cabe duda que a lo largo de las últimas décadas, la principal medida contra la peligrosa conjunción alcohol-tráfico ha sido –y sigue siendo– la aplicación de una legislación punitiva y un aumento y generalización de los controles en las carreteras.

Pero Europa, a pesar de todo, propone más, quiere alcanzar la 'tasa cero' de alcohol en sus carreteras, que en la práctica supone no pasar de 0,2 gr en sangre, un techo que desde hace años ya aplican países escandinavos. Encaramos ya el periodo navideño y, con permiso de las restricciones covid, es previsible, más allá de las citas familiares habituales, un retorno notable de las comidas profesionales y lúdicas, de los encuentros de ocio, y de un exponencial incremento de la circulación en calles y carreteras de la provincia. La iniciativa de esta noche para promover y premiar entre los jóvenes el consumo 'cero' al volante incorpora también la recomendación de fomentar la figura del 'conductor alternativo' (el que no bebe y conduce), que debería ser referencial para todos (no sólo los jóvenes) durante estas próximas navidades.