La Diputación Provincial de Ávila, de manos de su presidente, Carlos García, y con la presencia del diputado de Cultura, Eduardo Duque, del vicepresidente Pedro Cabrero, y del director de la Institución Gran Duque de Alba, Maximiliano Fernández, hizo este martes entrega de las becas de estudios universitarios que concede la Institución (a través de la Institución Gran Duque de Alba) a los diez alumnos beneficiarios, dos de los cuales no pudieron asistir presencialmente.
María Serna Pericacho, de Barromán, que estudia 4.º Grado en Maestro en Educación Primaria en la USAL; Diego Martín Martín, de Arévalo, que estudia 3.º Grado en Enfermería en la UCAV; Malena González Sánchez, de Muñogalindo, que cursa 3º Grado en Maestro en Educación Primaria en la USAL; Anaís Cayuela Estévez, Serranillos (3.º Grado en Derecho en la UCAV); Noelia Hernández Rodríguez, de San Juan de la Nava (2.º Grado en Educación Primaria en la USAL); Irene Moreno García, de El Hornillo (3.º Grado en Maestro en Educación Infantil en la USAL); Irene Enríquez Jiménez, de Langa (4.º Grado en Enfermería en la USAL); Jennifer Enríquez Puras, de Tiñosillos (4.º Grado en Maestro en Educación Primaria en la USAL); 9. Irene Jiménez Martín, de Arenas de San Pedro (2.º Enfermería en la USAL), y Carlos del Dedo Jiménez, de Tiñosillos (2.º Administración y Dirección de Empresas en la UCAV), han sido los beneficiados con esas becas, de 3.000 euros cada una, convocadas para ayudar a estudiantes universitarios con expedientes académicos especialmente altos que residan en el mundo rural y que estén matriculados en una universidad con sede en Ávila.
Aseguró Carlos García que «para la Diputación Provincial significa un orgullo y una satisfacción colaborar de manera estrecha con la educación, y en el día de hoy hemos reconocido el esfuerzo y el sacrificio de diez abulenses que viven en nuestros pueblos». Los criterios para elegir a los beneficiarios de esas becas, explicó, tienen en cuenta «el currículum académico, como es evidente, pero también son importantes el nivel de renta, la composición de la unidad familiar y el esfuerzo que tiene que hacer la familia para sus hijos estudien; es decir, está compensado el esfuerzo académico con la situación social y familiar».
Aseguró el presidente de la Diputación que «aspirar a que la sociedad sea próspera y rica teniendo a la cultura y a la docencia entre sus principales bastiones es un motivo de orgullo, y estos 30.000 euros lo que significan es que desde la Diputación entendemos ese reconocimiento a través del trabajo. Probablemente haya instituciones superiores que confundan el esfuerzo y el sacrificio con los suspensos, pero nosotros no; queremos que ese esfuerzo de los 247 municipios del medio rural merezca la pena, y que sus habitantes tengan las mismas oportunidades que los estudiantes que viven en la capital».