Dora Rodríguez tiene 81 años y hace ya tiempo que decidió regresar a las aulas, en este caso como alumna de los talleres de memoria que ofrece el Ayuntamiento de Ávila a las personas mayores. Una actividad, asegura esta octogenaria llena de vitalidad, que ayuda a «recordar muchas cosas, en la que siempre se aprende y donde además se conoce a otras personas». «Esto nos viene de perlas», asegura esta vecina de Ávila que comparte aula con Fabián, también abulense, de «casi 67 años», que desde hace varios años asiste a esta actividad en la que no solo se trabaja y refuerza la memoria sino en la que los participantes se lo pasan «muy bien». 

Fabián y Dora son dos de las casi 400 personas que este año han participado en los cursos de estimulación de memoria del Ayuntamiento de Ávila, actividad que por grupos de entre 10 y 20 personas se desarrolla en distintos espacios de la ciudad, como pueden ser los CEAS o los centros de personas mayores, durante el curso escolar.  

Tal y como explicó Paloma del Nogal, la concejala de Servicios Sociales,  las popularmente conocidas como aulas de memoria están dirigidas a personas de más de 60 años «que quieran estar activas y evitar posibles problemas» a nivel cognitivo. Además, la responsable municipal destacó que tras el parón de la pandemia, que obligó a que estas aulas se desarrollaran de forma on line y telefónica, este año la actividad ha vuelto a ser presencial. 

En total, desde el Ayuntamiento de Ávila se imparten 27 aulas de memoria y otras cuatro de comunicación, todas ellas de una hora semanal y con el objetivo de potenciar el envejecimiento activo y saludable de las personas mayores, como apuntó Del Nogal. 

En estas aulas la memoria se trabaja a través de fichas que ayudan a estimular todas las áreas del cerebro y aspectos como el cálculo, el lenguaje o la orientación para que la gente mayor esté activa y tenga un envejecimiento saludable, explicó Laura Rodríguez, trabajadora social del Ayuntamiento al hablar de esta actividad que se desarrolla entre los meses de octubre y junio y a la que asisten «desde recién jubilados, hasta gente de 96 años».