El 'pique' de los romances se dejó como colofón

M.E
-

Navaluenga revivió su popular tradición, de Interés Turístico Regional, con el intercambio de los versos de Lope de Vega, pero por prevención por la pandemia el momento más esperado se organizó al final de la procesión

El ‘pique’ de los romances se dejó como colofón - Foto: David Castro

El característico e inconfundible soniquete volvió a oírse en Navaluenga, tres años después. En esta ocasión fue en el recinto exterior de la iglesia parroquial de la Virgen de los Villares y para poder presenciar el momento, todo un espectáculo, hubo que esperar algo más de lo habitual. La pandemia no impidió la celebración de la popular procesión de los Romances, declarada fiesta de Interés Turístico Regional (y con la mirada puesta ya en la nacional), pero sí trastocó ligeramente el protocolo, de manera que el famoso intercambio de romances entre las dos cuadrillas se dejó en esta ocasión para el final del desfile, a modo de brillante colofón.

Los 300 versos que Lope de Vega dedicó a la Pasión de Cristo protagonizaron un año más, y tras dos de paréntesis, el tradicional 'pique' entre los dos grupos de romanceros en el Jueves Santo de Navaluenga, muy animado por la presencia de fieles locales, la elevada afluencia de visitantes y por las buenas temperaturas que, esta vez sí, acompañaron a uno de los momentos culminantes de la Semana Santa en el municipio del Alberche. 

Todo comenzó a las cinco de la tarde con la misa en la iglesia para, a continuación, iniciarse la procesión con destino a la ermita. Varias decenas de personas acompañaron a las cuatro imágenes, El Cristo atado a la columna, El Caído, El Cristo (del s. XVIII) y La Dolorosa, llevadas por anderos que se fueron turnando durante el recorrido. El silencio marcó este año el desfile, al que se fueron sumando también muchos curiosos y visitantes que esperaban en las calles el paso de la comitiva. 

Ya de vuelta a la iglesia, al filo de la siete de la tarde, tocó organizar la nueva disposición por parte de la Hermandad de los Romanceros. Las autoridades, entre las que se encontraba el alcalde, Armando García Cuenca, permanecieron dentro del recinto junto a los cuatro pasos, mientras en el exterior del mismo aguardó el público, muy atento a un nuevo formato que se espera sea algo excepcional. La avanzada edad de muchos romanceros y la apuesta por la prevención hicieron que las dos cuadrillas de aproximadamente una docena de miembros, con mayoría de hombres pero también con varias mujeres, se dispusieran frente a frente tras varios micrófonos, intentando guardar la distancia de seguridad entre ellos. «Recitar no, por favor, queremos gente que cante», se insistía desde la organización. «A ver romanceros, ¿tenéis la garganta clara? por favor, la distancia», se decía. La última instrucción fue clara: «Vamos a darle».

Y así comenzó esta especie de competición convertida ya en tradición en la que, aunque con la chuleta delante por si acaso, algunos siguen cantando de memoria, sin mirar el papel. Todo un reto que finalizó con el esperado 'pique'entre los dos grupos aunque al final poco importe cuál de los dos, si el de los más mayores o el de menos, sea el que mejor cante los versos sin confundirse. 

Una arraigada tradición, centrada hace muchos años en el desafío entre solteros y casados, que estuvo a punto de desaparecer y que se logró consolidar cuando se formalizó la Hermandad a finales del siglo pasado y los socios fueron creciendo hasta el aproximadamente medio millar de la actualidad.

Antes también era costumbre que la cuadrilla perdedora invitara a la limonada y a los bollitos, algo que desde hace años ya corre a cargo del Ayuntamiento. Eso sí, en esta ocasión hubo que prescindir de la merienda por precaución.