Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra. ¿Quién no ha salido de compras por las increíbles (o no tanto) ofertas que se llevan anunciando meses? ¿Quién no compró un 2x1 pero si pagas 2 te llevas 3 aunque solo necesites 1? Y más difícil todavía: un mejor precio en la tercera unidad aunque no miramos si la primera y la segunda son más caras. El caso es que de una u otra manera, seguro que compartes conmigo que en alguna ocasión (yo más de una) hemos comprado algo porque estaba bien de precio, pero nunca más lo volvimos a usar y ni siquiera tenia el valor de urgente entre sus cualidades.
Tenemos ya el Black Friday hasta en la sopa, aunque es una moda que nos ha llegado recientemente y no queremos ni podemos resistirnos a esos carteles y escaparates llenos de luz y color.Que si Black Friday, que si ciber lunes…. Los mensajes de compra y venta son ya un clásico con el que vivimos 25h al día. Necesidades no necesarias o cosas que desde hoy se hacen imprescindibles para tu desarrollo personal. 
Los números rojos pasan a negro y haya algo de beneficios en la contabilidad de los comercio. El mercado de valores tiene un repunte al alza. El lugar donde se centralizan la compra-venta de acciones de las compañías que cotizan en bolsa, tiene sabor a ganancia. La oferta y demanda de valores, las personas inversoras y compradoras tienen mucha tarea en activos que se limitan a acciones, bonos y cosas de estas que, me parecen un poco intangibles, aunque sean valiosas, cuantificables  y contabilizadas.
En diferente escala y nivel están "los otros valores". Los que no caducan, los que no tienen oferta, lo que o se nacen y se hacen, o no se compran. También son intangibles, en algunos casos efímeros, no contables, en singular y/o plural, con sujeto, verbo y predicado. Una nota al  pie: no tienen precio.
 Para lo bueno y lo malo no todo en la vida se paga con dinero. Las liquidaciones de compromiso, honradez y  lealtad no tienen un 50% de descuento. La empatía, el carisma, la sencillez no se retiran en cajero automático. Lo que desprendes y otros recogen al verte no tiene un cheque al portador. Hay muchas cosas que por mucho que hoy sea un Black Saturday no se adquieren en una tienda ni en la venta por internet, ni siquiera se regalan con una tarjeta prepago.
Los otros valores, los de siempre, los de casa y el colegio, los que te sitúan en el planeta como persona íntegra con principios, que no son hoy unos y mañana otros, los que te posicionan en el mundo en tus círculos profesionales, de amistad y familia, son los que cultivamos, sembramos y cosechamos. El mundo de las ofertas es muy top, pero yo prefiero la moda de las personas que a su paso dejan una huella por lo que son y no por lo que tienen. Por lo que te hacen sentir y no por la cicatriz que te hirió. Por saber que las personas auténticas aún existen y que no quieren cambiar porque entonces dejarían de ser la misma persona, a pesar de todo y por encima de todo.
Quiero una tarifa plana en personas del corazón de las que son y se quedan. De las que permanecen y no te utilizan. De las que quieren, creen y pueden. Quiero un descuento en envidias, miedos y prisas. No quiero rebajas en mentiras, falsedades y misterios. La vida es una, con black Fridays, días de mierda y hermosos amaneceres. Pero es esa "una" la que se tiene que vivir con el espíritu de las personas auténticas, de los encuentros sin adornos, de las sonrisas del alma y los abrazos sinceros. No quiero rebajas de valores, ni que pensemos que la vida es la que nos hace, porque en realidad somos lo que somos y cultivamos lo que queremos desprender.
Hoy me he comprado un secador, un buen descuento por las fechas en las que estamos ¡Viva el Black Friday! Sin duda alguna nuevos aires para crear entornos de valores donde no se miren los números, sino el valor de lo que representan. En esta vida en la que todo regresa, preocúpate por lo que das y no por lo que tienes. Huye de lo que duele. Encuentra la valentía para romper moldes y patrones, hasta dar con el zapato adecuando para tu pie. No corras, esta vez no. Tómate tu tiempo, y no te dejes llevar por los valores en oferta. La vida es auténtica, rodéate de personas cuya presencia den sentido a tu mundo. Llora, ríe, ama, supera y sigue caminando. No hay una vida en rebajas. Hay una vida en ti y tu decides el valor que quieres poner,  "Sin prisa pero con alma".