La comunidad colombiana en Ávila sumó este domingo una buena adhesión a una pacífica convocatoria en la que desde España quieren mandar ánimos a su patria y visibilizar el problema del país. Un país en el que según explicaba Alba Gaviria, responsable de la convocatoria, tienen a los medios de comunicación silenciados y las noticias que les llegan de su patria son a través de redes sociales. No es la primera vez que se movilizan para demostrar su apoyo pues ya el día 6 de mayo, una semana después de la radicalización del conflicto, también lo hicieron reuniendo a más de 150 personas. Este domingo la cifra también se movió en ese sentido. La situación de Colombia, con un presidente «que se preocupa de los ricos y no de la gente humilde» ha derivado en protestas contra la actuación del Gobierno de un país, que vive  un tenso paro nacional, con centenares de heridos y varias decenas de muertos en las protestas. El problema de base estuvo en una reforma tributaria que después fue retirada pero que echó a la gente a la calle con las consecuencias que hemos descrito y que se mantuvo ya contra las políticas del gobierno.

Al grito (amortiguado porque no se trataba de protestar aquí) de ‘El pueblo unido jamás será vencido’, ataviados con los colores de su bandera y ondeando éstas por las calles abulenses fue la comitiva abriéndose paso, también con sus bailes y sus trajes típicos desde la iglesia de San Antonio, Santa Cruz de Tenerife, avenida de Madrid, avenida de Portugal hasta bordear el Rastro por la parte de abajo hasta alcanzar el atrio de San Isidro para dejar allí como muestra de apoyo una canción escrita para la causa y diferentes bailes para reivindicar su postura, la de la gente humilde que lucha por su futuro. Apoyan a los que están allí, aunque un día ellos para buscarse el sustento, emigraron y se instalaron en nuestra ciudad. Contaban desde la asociación convocante que la de ayer fue una buena representación de los colombianos que llegaron en su día a Ávila pero que en los últimos tiempos también han sido muchos los que han partido.

Las pancartas de apoyo eran numerosas y entre los asistentes mucha gente joven y familias con hijos pequeños, aunque personas mayores también las hubo, quizá las más animadas a la hora de moverse al ritmo de sus canciones y dando fe de su rico y vistoso folclore.