Un mes después, tiempo que se ha hecho largo y que han debido esperar por motivo de las restricciones a la movilidad que impuso la declaración del estado de alarma, la familia de la recién centenaria Saturnina Jiménez –que en su mayoría reside en la hasta unas semanas ‘aislada’ Comunidad de Madrid– pudo reunirse al completo con ella para celebrar tan notable acontecimiento.

Ese encuentro de Saturnina con sus hijos, sus nietos y sus biznietos, que estuvo lleno de una emoción muy grande por muchas razones, tuvo lugar el pasado fin de semana en la localidad de Guareña –situada en el Valle Amblés–, donde la centenaria, natural del vecino pueblo de Múñez, reside desde que se casó en 1942 con Gaudencio Martín.

La reunión familiar, informaron sus protagonistas, fue emocionante y muy alegre por muchos motivos, ya que al hecho de poder conmemorar sus cien años de vida se sumó el de poder hacerlo, aunque un poco después, después de haber superado la dura realidad que ha impuesto la covid-19.

Saturnina Jiménez nació el 4 de junio de 1920 en la localidad abulense de Múñez, anejo del municipio de Muñana que se encuentra justo al lado de Guareña, pueblo éste en el que ha residido desde que se casó y en el que también se encuentra ahora. Desde niña, como era obligado entonces, se dedicó a las labores de ganadería y de agricultura necesarias para sobrevivir en aquellos duros tiempos, trabajo que no le quitó para que acudiese a la escuela.