Ricardo Guerra Sancho

Desde mi torre mudéjar

Ricardo Guerra Sancho


Había muchas ganas

20/04/2022

Esta es una de las frases más escuchadas estos últimos días. Y es que, a pesar de las circunstancias, del precio desmesurado de los combustibles; del estado de ánimo que ocasiona la guerra de Ucrania, ahí, en Europa, muy cerca, en la distancia y en la identidad europea que nos acerca bastante; del tiempo que al inicio nos llenó de lluvias, nieves y deshielos que llenaros nuestros pantanos. Pero, con la rapidez de los cambios primaverales, del agua y los fríos, se pasó, de la noche a la mañana, en un tiempo espléndido que invitaba a disfrutar, a salir de puente, largo y «semanasantero», que llenó todos los sitios de gentes. Unos para arriba, otros para abajo, al este o al oeste, todas las direcciones fueron buenas para la esperada escapada. Había ganas, eso estaba claro y se ha traducido en unos días espectacularmente animados en todos los ámbitos.
Los actos de Semana Santa, recuperados después del gran vacío de la pandemia, se han retomado con ganas, con muchos deseos y con gran participación. Pocas veces en muchos años hemos asistido a celebraciones tan multitudinarias, como me die un amigo periodista, en toda Castilla y león, y yo diría que en toda España, en cada sitio con sus particularidades. 
En la de Arévalo, quizás los dos actos más tranquilos de gentes fueron el Vía Matris de la Plaza de la Villa, un acto intimista y tranquilo de recogimiento interior. Y el Vía Crucis de la mañana, con un par de centenares de asistentes, será al madrugón y que es un acto de oración y recogimiento, está fuera de toda expectación, si no son las cigüeñas expectantes desde lo alto que a veces crotorean para decirnos que están ahí... 
El resto de las procesiones han registrado una gran afluencia. Decía una amiga mía ya hace años, hablando de estos temas, que en Arévalo se acompaña mucho en estas cosas, que una cosa son los cofrades numerarios, otra son los participantes en grandes filas de procesión, y otra los espectadores propiamente dichos, y que todos en su conjunto han hecho de nuestros desfiles actos de mucha participación, centenares y centenares. Una Semana Santa con sus manifestaciones procesionales de gran dignidad y un buen nivel a tenor del tamaño de la población. Nuestro párroco Sebastián, que por las causas de estos dos años solo había asistido, hasta ahora, a una de nuestras procesiones justo al llegar y este año ha presidido todas, las ha calificado de extraordinarias.
Todo ese personal que según las noticias ha llenado todo en todas partes, es como si pensaran que tardarían en volver a disfrutar de un puente así, y se han lanzado en masa, en todas las direcciones. Daba gloria ver gente por nuestras calles y plazas, en la zona monumental, con la laza de la Villa, su corazón, con atractivos tan importantes como la iglesia de Santa María, con su pantocrátor y artesonado, la de San Martín con la extraordinaria exposición de Collegium, Sustancia-sustancias; el Museo de Historia de la Ciudad, tan coqueto como interesante; el Centro de Actividades del Mudéjar, otra gran oferta cultural de esta «Ciudad del Mudéjar». El castillo, que siempre es un atractivo. Y las otras iglesias del mudéjar del sur del Duero, otra ruta interesante… pues en toda esta oferta cultural, con centenares de visitantes, en un balance muy positivo. 
Y luego la oferta gastronómica, especialmente atractiva, los vinos del «runeo» con sus aperitivos de la cocina en miniatura… riquísima, en los bares que salpican calles y plazas. Y los asados, especialmente el 'Tostón de Arévalo', nuestra estrella gastronómica, pero también otras muchas especialidades en restaurantes y asadores. 
Ha sido un buen respiro después de tanta incertidumbre. Se suele decir que, hasta Semana Santa, caiga en marzo o en abril, es «cuesta de enero», y que desde entonces es el punto de inflexión en el que el turismo comienza a afluir con mayor abundancia y así alegra a tantos negocios que dependen en gran medida de nuestros visitantes, a los que hay que cuidar, e incluso mimar, para que repitan en una buena relación de calidad-precio-comodidad y facilidades, que la relación no tiene ya solo dos patas… Días de respiro, pero no se crean que esto enjuga todo lo anterior, no sea que se despierte «la bicha» y tengan tentaciones recaudatorias… más no por favor…