Al margen de las más obvias, una de las consecuencias derivadas de  la pandemia fue que durante mucho tiempo los españoles tuvieron restringida la movilidad, tanto en territorio nacional como fuera de nuestras fronteras, y no solo por la declaración del estado de alarma sino también por las exigencias que para viajar al exterior impusieron muchos países. Ese panorama de miedo al contagio y de restricciones hizo que muchos ciudadanos descartaran la idea de viajar al extranjero. Esto no solo obligó a muchos a guardar su pasaporte en un cajón y a otros, directamente, a no sacárselo durante los años más 'duros' de la pandemia en los que viajar a otros países, y más aún a aquellos que no pertenecen a la Unión Europea, se volvió menos atractivo que lo había sido hasta entonces por el miedo a las restricciones y al contagio. 

El hecho de que durante algún tiempo los viajes al extranjero se redujeran, bien por las prohibiciones que algunos países establecieron para la entrada de ciudadanos de otras naciones, bien por el propio miedo a viajar fuera, hizo que muchos de los abulenses que tenían que haber renovado su pasaporte durante los años más duros de la pandemia no lo hicieran por no tener necesidad de ello y que también fueran menos los que se acercaran a las oficinas de expedición de documentos oficiales de la Policía Nacional para pedir por primera vez su pasaporte. 

De hecho, y según datos facilitados desde la Comisaría de Policía Nacional de Ávila, durante los dos primeros años de pandemia la expedición de este documento oficial se redujo en la provincia de Ávila de forma considerable y muy por debajo de las cifras que arrojó 2019, el ejercicio previo a la irrupción del Covid. Así, mientras que aquel año en Ávila los equipos de DNI expidieron 4.416 pasaportes, un año después, y en medio de las estrictas restricciones del estado de alarma, que también paralizaron durante semanas la actividad en las oficinas de expedición de estos documentos oficiales, en Ávila se tramitaron menos de la mitad de los pasaportes que un año atrás,  1.996  en concreto. Un año después la cifrra aumentó, aunque tímidamente, demostrando que los abulenses comenzaban a perder el miedo a viajar o bien que dentro de lo laboral se retomaban las relaciones con otros países no incluidos en el espacio europeo. 

Curiosamente, y como muestra de que 2022 fue el primer año tras la declaración de la pandemia en el que empezamos a recuperar cierta normalidad, la expedición de pasaportes aumentó de forma considerable. De hecho, los abulenses que solicitaron renovar o expedir por primera vez este documento oficial el pasado año fueron el triple de los que lo habían solicitado en 2020 y 2.000 más que lo que lo hicieron en 2019, el año previo a que la covid cambiara nuestras vidas. 

El pasaporte ordinario español, indican desde el Ministerio de Interior, es un documento público, personal, individual e intransferible que, salvo prueba en contrario, acredita la identidad y nacionalidad de los ciudadanos españoles fuera de España, y dentro del territorio nacional, en las mismas circunstancias de los españoles no residentes.

El documento básico de identificación en el extranjero es el pasaporte si bien es suficiente con el DNI para viajar a los países de la Unión Europea o que hayan firmado el acuerdo Schengen.

El pasaporte o el DNI deben estar en vigor en el momento de iniciarse el viaje y no caducarse durante la duración del mismo. Además, algunos países pueden requerir que el pasaporte siga en vigor durante un periodo de tres o seis meses después de finalizado el viaje.