La Diputación de Ávila y la DOP Cebreros estrecharon sus lazos muy íntimamente hace cuatro años con la firma de un convenio en el que la institución provincial quería demostrar el compromiso con la tierra y con aquella marca porque era una forma de «hacer provincia» y «porque es un proyecto que habla de singularidades y potencialidades que tenemos en Ávila, del sector primario, de gastronomía y de turismo». Así lo entendía y está claro que lo sigue entendiendo el presidente de la Diputación, Carlos García, quien hacía balance este jueves en la firma del cuarto convenio con la DOP y cuando se comprometía de nuevo con la marca porque: «Queremos apuntalar el compromiso con el sector vinícola», aseguró. Entre aquella primera rúbrica y esta última han pasado 400.000 euros que han permitido a la DOP muchas cosas, pero ante todo crecer.Son cuantías que han servido para promocionarse en ferias, nacionales e internacionales, para formar a sus técnicos y a la gran familia que forma la denominación -22 bodegas, 35 municipios y más de un centenar de referencias- y para informar a la sociedad y sobre todo a estudiantes de institutos de la zona a la que se cirscunscribe la DOP que en el mundo del vino pueden tener estos alumnos una salida de futuro al tiempo que generan riqueza y empleo en la zona en la que viven. Allí se les puede abrir un mundo de posibilidades, apuntaba el presidente de la DOP, Rafael Mancebo. Además, del montante total, 100.000 euros fueron a la inscripción de viñedo, destacó García quien avanzaba además una partida nueva este año para bodegas que se enmarcan fuera de la DOP.
Han sido años difíciles los conveniados, por la crisis sanitaria evidentemente, pero les ha permitido avanzar y darse a conocer dentro y fuera de las fronteras. Han participado en concursos mundiales de garnachas y han traído a tierras abulenses ese concurso de garnachas en forma de catas; también se han asociado con los sumilleres de Ávila últimamente para llevar a El Tiemblo el concurso regional de sumillería durante dos días y muy recientemente; han dado a conocer la marca a los consejos reguladores de toda Castilla y León haciéndoles visitar la zona...
Muchos avances, en gran parte con la ayuda de la Diputación, pero con los que no se cierra el círculo. Y es que repasaba Mancebo que quedan metas por lograr y muy importantes. Hoy jueves las desgranaba en Lanzahíta, en la bodega Huellas del Tiétar y en presencia de los dueños de ésta y del alcalde de la localidad.
Se puede resumir que fuera de nuestras fronteras los vinos de Cebreros han empezado a existir: se ha puesto a la zona en el mapa vitícola mundial y por supuesto en el nacional, pero queda trabajo por hacer porque son los propios abulenses «los que tenemos que creérnoslo»; en ese sentido lanzaba el guante para que sigan creciendo los restaurantes abulenses que tienen los vinos de la DOP en sus cartas y que sus propietarios hablen y hablen bien, también de lo que está detrás de la etiqueta, de la botella y del propio líquido y que no es otra cosa que «el alma» de quienes hacen los vinos. Lejos quedan los tiempos tristes de 'descepación' que sufrió la zona pero en este sentido también lanzaba un guante a las administraciones para que se pueda cambiar la calificación de algunos terrenos en territorio de la DOP y se pueda plantar. Interesados en hacerlo hay, gente que en su día compró los derechos para hacerlo, ahora hay que procurar que se pueda plantar viñedo. «Hay que consolidar y profesionar la DOP» y Mancebo animó a ello y «a sacar pecho y creernos lo logrado fuera de aquí».