Derrota en un partido muy igualado

Redacción
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El Ávila Auténtica, casi siempre a remolque, acabó cediendo ante el Nissan Grupo de Santiago

Derrota en un partido muy igualado - Foto: Isabel García

ÁVILA AUTÉNTICA (14+19+28+14). Herrera (13), Janssens (11), Morchón (16), Iván Sánchez (-) y Wanliss (3). Cinco inicial, también jugaron P. Martín (-), A. Martín (-), Izquierdo (7), Roberts (5), Bak (12), Tebar (-) y Ánder Pérez (8).

NISSAN SANTIAGO (19+20+25+14). Queeley (21), H. García (2), Infante (14), Bieshaar (7) y Alonso (22). Cinco inicial. también jugaron Grinbergs (4), Pistoljevic (0), Duarte (3), Díaz (5), Fall (0), Savic (0) y Bartolomé (0).

Árbitros. Pedro Luis Aguado y Saúl Pérez. Sin eliminados.

Parciales. 5-7 (5’)/14-19 (10’)/ 26-24 (15’)/33-39 (20’)/51-48 (25’)/61-64 (20’)/71-69 (35’)/75-78 (40’).

INCIDENCIAS. Encuentro correspondiente a la jornada 2 de la Liga EBA, celebrado en el CUM Carlos Sastre. 

El Ávila Auténtica cedió en su primer partido en casa en un choque muy igualado ante el Nissan Grupo de Santiago.

El primer cuarto tuvo un desarrollo condicionado por el número de faltas señaladas por los colegiados, nada menos que 15 más de una por minuto, lo que impidió que cualquiera de los dos equipos entrara en ritmo de partido. Los puntos caían con cuentagotas, muchos de ellos llegaron desde los tiros libres, y las interrupciones eran  constantes. La primera canasta correspondió al equipo local, pero luego llegó un 0-7 de parcial para los burgaleses, que desde ese momento se movieron por delante en el marcador, aunque con distancias no mayores de esos 5 puntos, hasta que el partido se volvió a igualar (11-11), ya en el tramo final de un primer cuarto corto en anotación en los verderones,  pese a que destacaron las buenas maneras de Herrera, aunque no pudo evitar el atasco ofensivo de los suyos, que cerraron el primer periodo del encuentro por debajo en el marcador, 14-19.

Mejoró el partido en el segundo parcial, algo que tampoco era complicado. Bajó también el nivel de las faltas  señaladas por los árbitros y ambos equipo pudieron ofrecer lo mejor a los espectadores que pudieron acudir, siete meses después, al CUM Carlos Sastre.

Se igualó poco a poco el marcador, 20-22, y con lo mejores momentos de Ánder Pérez, antes de que se cargara de faltas, los locales dieron la vuelta al marcador, 25-24, con una canasta de Warliss, que acabó este parcial con cuatro faltas.

A partir de ese momento, alternativas en el marcador hasta que un triple de Alberto Alonso daba de nuevo aire al equipo burgalés, 29-33, que apretó en defensa agotando la posesión de los abulenses en un par de ocasiones, lo que permitió que los visitantes engordaran su diferencia gracias a un parcial 0-10, pasando del 29-28 al 29-38 a 1‘04’’ para el descanso, al que se llegó con ventaja visitante de seis puntos, 33-39, que dejaba el partido abierto pero con la sensación de que el Ávila Auténtica tendría que mejorar en ataque.

El panorama cambió por completo en el tercer parcial, en el que el Ávila Auténtica ofreció sus mejores minutos, y en especial su jugador Morchón, de cuya mano llegó un parcial de 10-0 para pasar del 40-46 al 50-46, dando la mayor ventaja del partido a los locales, que ayudados por Morchón, pero también por Roberts, amenazó con escaparse en el marcador,  57-50, aprovechando  un momento de lucidez ofensiva de todo el equipo.

Pero los burgaleses no estaban por entregarse un 0-8 de parcial devolvía la igualdad, 57-58 con Queeley como protagonista de los suyos, que aprovecharon unos instantes de desconcierto de lo locales en el tramo final de un cuarto que llevaban encaminado, para verse por abajo, 59-64, a menos de un minuto para el final de un cuarto que terminó con tres puntos de ventaja para los visitantes, 61-64.

Izquierdo salió enchufado en el último parcial para darle ventaja al Ávila Auténtica, 69-68, a 6’47’’ para el final. La mejoría defensiva local le dio una buena ventaja, 71-68 a 5 minutos para el final, pero un parcial de 0-7colocó a los burgaleses con cuatro puntos deventaja, 71-75 a 2 minutos para el final, renta que acabaron haciendo buena para llevarse la victoria .