Solemne Medinaceli

Mayte Rodríguez
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La lluvia respetó este martes por la noche una de las procesiones más bellas de la Semana Santa abulense, en la que desfilaron siete imágenes y grupos escultóricos, aunque este año congregó menos gente

La Procesión de Medinaceli pudo salir a la calle pese a la amenaza de lluvia. - Foto: David Castro

Como si ya hubiera llovido suficiente durante la tarde, la noche trajo la calma al cielo de Ávila  y a las nueve en punto de este martes se abrían las puertas de la Catedral. A esa hora daba comienzo la procesión de Medinaceli, una de las más bellas y solemnes de la Semana Santa abulense, a pesar de lo cual congregó a menos gente que en año anteriores, quizá por culpa de la amenaza de lluvia, quizá porque a esa misma hora empezaba el partido de fútbol que enfrentaba a la selección española  contra la francesa.
Pero para los miembros de la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestra Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, una de las más numerosas de la ciudad, no había  cita comparable a la procesión, en la que el color dominante fue el inconfundible morado de la túnica que luce la emblemática talla que da nombre a la cofradía, el mismo que visten sus cofrades, muchos de los cuales portaban velas.
El expresivo rostro de la talla que representa a San Pedro Llorando abrió el desfile procesional, al que siguió la imponente imagen de Jesús de Medinaceli, acompañada por un numeroso grupo de agentes del Cuerpo Nacional de Policía -cofrade de número- ataviados con uniforme de gala.

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La Procesión de Medinaceli pudo salir a la calle pese a la amenaza de lluvia.
La Procesión de Medinaceli pudo salir a la calle pese a la amenaza de lluvia. - Foto: David Castro