Los panaderos, en situación "crítica" por la subida de costes

M.E
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La Asociación de Panaderías de Ávila se suma a la postura regional y pide ayudas para un sector ahogado por la escalada de los precios en la energía y en las materias primas

Los panaderos, en situación "crítica" por la subida de costes - Foto: Isabel García

Los panaderos de Ávila, al igual que los del resto de Castilla y León y el país, están en una situación «muy complicada y muy preocupante, crítica». El incremento de los costes de producción, tanto de los suministros energéticos como de las materias primas, está ahogando al sector hasta el punto de que «algunos van a tener que parar». Lo explica el presidente de la Asociación de Panaderos de Ávila, Ángel Rodríguez, quien señala que la harina, por ejemplo, se ha encarecido un 70% desde el año pasado y las facturas de la luz «prácticamente se han triplicado», a lo que pueden unirse otros conceptos como «el tope del gas», con cantidades «superiores a los mil euros». El gasoil y otras materias primas como los huevos, la leche o los aceites también están experimentando subidas constantes y todas ellas afectan a las panaderías, con lo que el sector se está moviendo en los ámbitos regional y nacional para tratar de buscar alguna solución, con la mirada puesta en las administraciones y entidades agrarias.

La Federación de Organizaciones de Panadería de Castilla y León denunció esta semana la «gravísima» situación económica y estructural por la que atraviesa el sector por el incremento de los costes productivos. En este sentido, aseguran que desde el 2020 la electricidad y el gas se han disparado el 200 por ciento; el gasoil, el 115 por ciento; y las harinas, el 70 por ciento, por citar solo unos ejemplos.

La federación, que agrupa a las nueve provincias de Castilla y León y con más de 1.200 empresas del sector y miles de puntos de venta, advirtió que de continuar esta «insostenible situación, es probable que muchas zonas rurales de nuestra comunidad no puedan ser abastecidas por la gran dispersión y escasa población que hacen inviable económicamente los desplazamientos», informó Ical.

La organización indicó que reclamó reuniones urgentes ya atendidas con las consejerías de Agricultura y Ganadería e Industria Comercio y Empleo, con el Instituto Tecnológico Agrario y con distintas diputaciones, de cuyos resultados informará en su momento.

Por último, garantiza que seguirán cumpliendo «fielmente» con todos los habitantes de Castilla y León pero para lograrlo «deberán implicarse muy activamente las distintas administraciones locales y regionales».

En esta línea se pronunció el presidente de la Asociación de Panaderías de Ávila, que lamentó que siempre son «los grandes olvidados» y pidió ayuda de las administraciones. «La situación está muy complicada, nos ha tocado todo, la subida de los suministros y de las materias primas, y los costes de producción están llegando a ser inasumibles» porque «cada vez queda menos margen». Los costes salariales y otros como los de los desplazamientos también afectan a los panaderos. «En nuestra provincia se hacen repartos a pueblos muy pequeños y llega un momento en que desplazarte para vender seis barras de pan no compensa», aseguró, algo que espera no pase; «se aguanta mientras aguanten los números», apostilló. 

Sobre el hecho de que muchos panaderos estén repercutiendo parte de las subidas de costes en el precio del producto, señaló que es lícito y que no se pueden acordar precios, pero que también hay que tener en cuenta que «si lo subes mucho, te puedes quedar sin clientes» porque la situación económica está «difícil para todos». A esto se une la «competencia» que les hacen las grandes superficies, que «están vendiendo casi a pérdidas y dicen que van a contratar a proveedores locales cuando no es cierto; no entendemos que se pueda vender una barra de pan a 35 céntimos», remarcó.

El responsable de La Tahona de Sotillo aboga por la «ayuda» de las administraciones ante un escenario que puede ser más complicado en el invierno, cuando «mucha gente se plantee no ir a su segunda residencia en los pueblos por los gastos de calefacción y otros suministros». «Lo vemos con mucha preocupación, el verano, sin ser tan boyante, no estuvo mal, pero el otoño y el invierno pueden ser muy duros para el comercio en general de los pueblos», añadió.

De momento, y a la espera de los resultados de las reuniones que se están manteniendo, ya hay previsto un paro de la actividad en las panaderías para el próximo día 28 de octubre, de 12 a 12,15 horas.