Krav Maga: afilando los instintos

Ana Agustín
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Esta disciplina de lucha cuerpo a cuerpo nacida en los años 30, incorporada al ámbito militar y luego al civil, cumple cuatro años en Ávila

Defensa ante ataque con palo. - Foto: Antonio Bartolomé

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Una mujer se defiende, en una simulación de sustracción del bolso.
Una mujer se defiende, en una simulación de sustracción del bolso. - Foto: Antonio Bartolomé
Saliendo de una estrangulación.
Saliendo de una estrangulación. - Foto: Antonio Bartolomé
Entrenamiento en el gimnasio.
Entrenamiento en el gimnasio. - Foto: Antonio Bartolomé
Parte del equipo de Krav Maga de Ávila, con Sidney Díaz, el instructor, en el centro.
Parte del equipo de Krav Maga de Ávila, con Sidney Díaz, el instructor, en el centro. - Foto: Antonio Bartolomé

 

Un grupo de abulenses se reúne cada semana desde hace cuatro años en el gimnasio Sport Factory para practicar la defensa cuerpo a cuerpo. Dicho así parece fuera de contexto en una ciudad tranquila como Ávila; sin embargo, el Krav Maga, palabra hebrea cuya traducción al español vendría a ser ‘combate cuerpo a cuerpo’; cuenta cada vez con más seguidores en la pequeña ciudad amurallada. La ‘culpa’ de ello la tiene Sidney Díaz, el instructor de esta práctica. Sidney lleva ocho años en Ávila como monitor de diferentes disciplinas y entrenador personal. «La agresividad es algo innato pero hay que saber usarla», afirma Sidney antes de empezar a definir lo que se hace en los entrenamientos de este sistema de defensa personal. Su origen se remonta a los años 30 en el seno de la comunidad judía de Checoslovaquia, asediada por los matones fascistas locales, aunque cuando tomó más auge fue con la creación del Estado de Israel. «En un principio, fue un sistema de defensa militar, para enseñar a las tropas», aunque luego fue tomando también un carácter civil, de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, escoltas... hasta alcanzar a cualquier ciudadano y profesión. La disciplina se basa en el aprovechamiento de los movimientos naturales del cuerpo y en canalizar el instinto agresivo para anticiparse a la agresión, repelerla y coordinar defensa y ataque. No tiene reglas, aquí todo vale como defensa: desde los golpes propios de técnicas de artes marciales, al uso de objetos cotidianos como llaves, móviles... a modo de armas definitivas.
 
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