Peluquería Mayte echa el cierre tras 50 años por jubilación

E.Carretero
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El mismo día que cumplía 65, María Teresa Bragado peinó a los últimos clientes de un negocio que con 17 años abrió en la calle Bilbao y trasladó después a Virgen María

Peluquería Mayte echa el cierre tras 50 años por jubilación - Foto: Isabel García

El pasado sábado, el mismo día que María Teresa Bragado Lastras cumplía 65 años, echaba el cierre la peluquería Mayte, un negocio que su propietaria abrió con tan solo 17 años, en los primeros tiempos en la calle Bilbao, y que ha permanecido en funcionamiento durante 47 años. Una más que merecida jubilación para Mayte teniendo en cuenta que antes de montar esta peluquería ya estuvo tres años trabajando como peluquera a las órdenes de sus cuñados, Ángel Antolín y su mujer Carmina, en la ya también desaparecida peluquería Ángel.

El cierre de esta peluquería de la calle Virgen María pone fin a medio siglo de vida dedicada a una profesión que Mayte tuvo claro desde muy joven que iba a ser la suya. De hecho, rememora esta recién jubilada, tan claro tenía que lo suyo iba a ser la peluquería que nada más terminar el colegio y con solo 14 años se marchó a Madrid a formarse en la academia de Henri Colomer. Pero ya antes había hecho sus primeros pinitos con el cepillo y las tijeras en una peluquería del paseo de San Roque de la que su madre era clienta. «Siempre me atrajo la peluquería.... iba a ayudarles en verano y también algunos fines de semana», recuerda aquellos inicios en una profesión de la que se confiesa una apasionada pero que, reconoce, «es muy sacrificada» y obliga a estar en continua formación.

«No esperaba esta acogida», reconoce al recordar los muchos gestos de cariño que durante los últimos días, y desde que anunció que se jubilaba, ha recibido por parte de sus clientas que, cuenta no sin sorpresa, «me han regalado de todo». Lo dice mostrando los numerosos ramos de flores que ha recibido estos días por parte de quienes han sido, asegura, su familia durante estos casi 50 años. «Muchas de mis clientas ya venían con sus madres, las peiné para la comunión, luego en la boda y ahora peino a sus hijos», pone como ejemplo de esas relaciones de amistad nacidas en un negocio en el que también contó con la ayuda de su madre, primero, y de su hermana Marivi, que estuvo con ella hasta hace poco más de un año, cuando ésta también se jubiló.

Y aunque reconoce que le da pena y que estos días la lágrima está a flor de piel, confiesa Mayte que aprovechará este merecido descanso para pasar más tiempo con sus hijos, Gustavo y Gerardo, y para dedicar más tiempo a su madre.