Los establecimientos de turismo rural de la provincia de Ávila contabilizaron el pasado mes de julio 14.684 viajeros, lo que supone un incremento del 3,9 por ciento respecto a la cifra registrada en el mismo periodo del año pasado, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística. 

Como es habitual, el grueso de los visitantes que eligieron la provincia de Ávila como destino de turismo rural llegaron de nuestro país, con 14.534 visitantes nacionales, frente a los 150 procedentes de fuera de nuestras fronteras. 

El incremento de viajeros registrado en la provincia de Ávila es aún mayor que el experimentado en Castilla y León que el pasado mes de julio consolidó el liderato en el ranking de personas que optaron por el turismo rural en España, al registrar 83.848 viajeros, un 2,6 por ciento más interanual, superando a Cataluña, que se sitúa en el segundo lugar con 56.277. 

En cuanto a las pernoctaciones en alojamientos de turismo rural, en julio en Ávila la cifra disminuyó un 7,3 por ciento, hasta las 42.229 noches. Se da la circunstancia, además, de que Ávila  es la provincia de Castilla y León donde más cayó la cifra de pernoctaciones con respecto al dato del mismo mes del año anterior. Pese a todo, y según los datos del INE, Ávila se convirtió en julio en sexto destino de turismo rural favorito de nuestro país, lista que lidera Málaga, con 131.244 pernoctaciones en el séptimo mes, y en el tercero en cuanto a provincias de interior se refiere, por detrás de Cáceres, que contabilizó 53.179 pernoctaciones, y Huesca, con 50.341 el pasado mes. 

Lógicamente, y al igual que ocurre con los viajeros, las pernoctaciones de turistas nacionales supusieron el grueso de la actividad en los alojamientos de turismo rural de la provincia de Ávila durante el pasado mes de julio. De hecho, las pernoctaciones de turistas extranjeros, 936 en total en este periodo, representaron únicamente el 2,2 por ciento del total. 

En cuanto a la estancia media, en el séptimo mes de este año y en los alojamientos de turismo rural se situó en 2,87 días de media, por debajo del dato del pasado año, aún con medidas derivadas de la pandemia, cuando los viajeros que eligieron esta provincia como destino de sus escapadas rurales lo hicieron por 3,22 días de media. 

En el caso de Castilla y León la estancia media en alojamientos de turismo rural fue de 2,62 días, por debajo de los 3,24 registrados en el conjunto de España, según Ical.