El influencer del torrezno y las croquetas

M.M.G.
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El abulense Alfonso Ortega acumula millones de visitas en los vídeos que cuelga en redes y en los que defiende los bares de barrio de toda la vida

El influencer del torrezno y las croquetas

Nos adentramos hoy en el mundo de las redes sociales, los influencers, los likes y las visualizaciones. Pero ya les adelantamos también que de lo que no les vamos a hablar nada de nada es de postureo, tostas de aguacate o modelitos de ropa. Más bien nos vamos a dar un baño de realidad en los bares de toda la vida, los que sirven raciones abundantes y baratas.Quizá no demasiado saludables, pero siempre apetecibles y al alcance de todos los bolsillos.

Bares que conoce como nadie nuestro protagonista; un abulense de apenas 40 años que se ha convertido en todo un influencer y referente en lo que a recomendaciones gastronómicas se refiere en Tic Toc e Instagram

Les presentamos a Alfonso Ortega. O a Cocituber. De hecho, es fácil que le conozcan por ese nombre si se encuentran entre las 150.000 personas que siguen sus andanzas en Tic Toc. O entre las 148.000 que hacen lo propio en Instagram.

Toda una legión de seguidores entregados a la naturalidad de este abulense afincado en Madrid que hace cerca de dos años comenzó a colgar vídeos con sus vistas a los bares de barrio de la capital y que ahora ha llegado a montar dos bares de esos que a él tanto le gustan, de los de ración de torreznos, croquetas y bocata de calamares.

«Pues empecé en pandemia, un poco como todo el mundo, colgando vídeos de algunas recetas», comienza a explicar a Diario de Ávila la génesis de un negocio que a día de hoy ocupa todo su tiempo y que le llevó, incluso, a dejar el que había sido su trabajo hasta entonces, en una oficina.

De esos primeros vídeos con sus recetas pasó a colgar algunos recomendado algunos bares. Y se encontró con que, casi sin quererlo, conseguía en poco tiempo sus primeros 90.000 seguidores. «El primer vídeo que funcionó», recuerda los primeros compases de su aventura, «fue uno sobre el sandwinch de oreja de La Casa de los Minutejos». Dos millones de personas vieron a Alfonso comerse ese impresionante bocata. Nada que ver, como decíamos, con el postureo que impera en las redes sociales de comida baja en calorías. 

«Funciona por ser como soy», reflexiona sobre el por qué de su éxito Alfonso, que normalmente entra sin identificarse a los bares, consume, graba su vídeo y se va. 

Por su naturalidad, claro. Pero también, como él mismo asegura, porque supo encontrar un nicho de mercado que hasta entonces nadie había explotado.

Lejos de optar por restaurantes caros o de diseño, Alfonso se lanzó a lo que conocía y le gustaba, el bar de barrio, y se centró en lo que a la gente le importa, la comida.

«Cuando llegué a Madrid buscaba lo que tenemos en Ávila», comenta elCocituber. Y fue en esa búsqueda de los locales en los que fuera posible tomarse una caña con una ración generosa, cuando Alfonso fue descubriendo bares dignos de ser visitados.

Vallecas, Usera,Carabanchel... Son algunos de los barrios madrileños que más trabaja. De hecho, los dos bares que él mismo ha montado (Los clásicos de Cocituber 1 y 2)  se encuentran en el primero de ellos.

¿Y qué tiene el bar de barrio que no tienen otros, más céntricos y quizá más conocidos? Pues que en ellos prevalecen las tres bes: son buenos, bonitos y baratos, dice.

Nos cuenta Alfonso que cada semana visita unos diez establecimientos. Pero no cuelga vídeos de todos. Sólo de los que le gustan de verdad. Y nunca hace críticas negativas. Tampoco es cuestión de arruinarle el negocio a nadie.

Para él, lo importante es que la gente coma bien y barato. Y si de paso ayuda a que esos bares suban sus ventas, mejor que mejor. «Es que hablamos de vídeos de millones de visitas», reflexiona sobre el impacto que tienen sus post, que consiguen que la recaudación de estos bares se incremente en un 30 o en un 50 por ciento.

Y siendo Alfonso de Ávila, y visitando la ciudad con la frecuencia con la que nos consta que lo hace, resulta muy tentador preguntarle por sus preferidos de la ciudad de la Muralla. «El Pórtico, Los metros que nos faltaban, el Gran Prix y La Roca», son los nombres que salen de su boca.

¿Y en Madrid? Aquí la cosa parece más difícil. No en vano, ha colgado ya más de 500 vídeos. «Mira, el otro día estuve en un bar cerca del Wanda Metropolitano, ElAlvi, que llevan unos chicos de Ávila, y me tomé unas revolconas al mejor nivel de Ávila. Y en Madrid hacen mal las revolconas, ¿eh?», nos anima a visitar El Alvi.

Y nos pone los dientes largos antes de despedirse hablándonos del plato estrella de sus bares: oreja a la plancha con patatas bravas.Por doce euros, medio kilo de ración. La cosa promete, ¿no?