El sector agroganadero abulense puede verse seriamente perjudicado por la guerra en Ucrania, sobre todo si el conflicto se prolonga en el tiempo. Así lo han advertido tres de las cuatro organizaciones agrarias con presencia en la provincia de Ávila (Asaja, UPA y Coag). «Al problema de rentabilidad que sufren nuestras explotaciones» se ha sumado «el incremento de las materias primas que necesitamos para producir, casi un 100% en el caso del gasóleo, un 300% el precio de los fertilizantes, un 50% el de los fitosanitarios y un 300% el de la electricidad», según explicaba este lunes Joaquín Antonio Pino, presidente provincial de Asaja, que califica de «muy crítica» la situación del campo, al que la invasión de Ucrania por parte de Rusia puede acabar de darle la puntilla. «España tiene un déficit estructural de alrededor de 10 millones de toneladas de cereales, que pueden ser aún más si hay sequía y que se complica mucho porque si finalmente Rusia se anexiona Ucrania va a tener la mayor parte del mercado internacional de cereales en sus manos» y eso puede derivar en que «tengamos un déficit de materias primas necesarias para la producción de piensos y para nuestra ganadería, dado que España es una potencial mundial en producción agroalimentaria», indicó, al tiempo que alertaba de que esta situación «puede hacer tambalear mucho nuestro sector» con un mayor coste del «pienso y de las materias primas». En este sentido, el presidente provincial de Asaja recordó que «ya en 2014, con la anexión de Crimea, el sector sufrió el veto ruso a nuestras exportaciones de algunos productos cárnicos y, sobre todo, de nuestras frutas y hortalizas».
No es ésta, sin embargo, la única consecuencia que la guerra puede tener sobre los intereses del sector agroganadero español, cuyo suministro de abonos para el campo también está en riesgo de cara a medio plazo, según advertía Ángel Rodríguez, coordinador provincial de Coag: «Existe la posibilidad de que en el futuro no dispongamos de abonos nitrogenados y de fosfatos, de todo ese material que está viniendo en la actualidad de Rusia y Ucrania». Y es que «se prevé un déficit aún mayor de gas, que es necesario para producir los fertilizantes y, por tanto, se prevé que haya escasez y que aumente su precio» aún más, matizaba el responsable de Asaja.
Tampoco la propuesta que el Gobierno ha llevado a Bruselas para la nueva PAC convence a las organizaciones agrarias, principalmente porque «no responde a las necesidades de alimentación de la población a precios razonables», destacaba el coordinador de Coag.
Ante este cúmulo de circunstancias adversas para el sector agroganadero, UPA, Asaja y UCCL han convocado movilizaciones en la provincia que se desarrollarán el 8 de marzo en Arévalo, el 14 en El Barco de Ávila y el 18 en Ávila capital, que culminarán el 20 de marzo con una gran concentración nacional en Madrid.
Las tres organizaciones agrarias explicaron que si no hay unidad de acción es porque la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) no ha querido sumarse a la convocatoria «a pesar de que todos los agricultores y ganaderos sufrimos los mismos problemas».
«Es ir a reivindicar los problemas que tenemos y a nivel provincial animamos a que asistan los agricultores y ganaderos tanto a las movilizaciones convocadas en la provincia como a la manifestación de Madrid, dado que son las Administraciones superiores las que más pueden solucionar los problemas que sufre el sector agrario», manifestaba Ventura González, secretario provincial de UPA.