Los Oscar de la fotografía tienen mirada abulense

E.Carretero
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La fotógrafa Virginia de Loro, que hace una década decidió montar su estudio en Sotillo de la Adrada, fue una de las nominadas en la última edición de los prestigiosos Golden Lens Awards

Los Oscar de la fotografía tienen mirada abulense

Los Golden Lens Awards, los Oscar de la fotografía, tuvieron en su última edición protagonismo abulense teniendo en cuenta que entre sus nominados estaba Virginia de Loro fotógrafa de Sotillo de la Adrada que optaba al premio Fotógrafo Revelación en la categoría de retrato. Y aunque finalmente no se llevó el galardón a casa para Virginia estar nominada a estos premios ya fue el premio. Más aún teniendo en cuenta que es mujer, autónoma, que desarrolla su actividad en el medio rural y que no fue hasta hace relativamente poco, y animada por su hermano, que también es fotógrafo, cuando empezó a presentar su trabajo a concursos de fotografía. Hasta la fecha, Virginia suma 20 premios internacionales de fotografía que avalan la calidad y originalidad de su trabajo.   

La historia de Virginia es la de otros jóvenes, no muchos pero cada vez más, que deciden abandonar la vida urbana para volver al pueblo. Ella nació y pasó sus primeros años de vida en Piedralaves hasta que con 9 años sus padres decidieron irse a vivir a Torrevieja a trabajar. En Alicante estudió Comunicación Audiovisual y pronto encaminó sus pasos al mundo del cine hasta que en la última película en la que trabajó conoció más a fondo el trabajo de foto fija. «Me dejaron la cámara, hice unas cuantas fotos y me empezó a entrar el gusanillo», recuerda Virginia un momento que para ella fue decisivo. Y es que si bien durante la carrera estudió fotografía posteriormente dirigió sus pasos profesionales hacia la producción y había abandonado un poco esta faceta. Después de eso hizo «muchos cursos» de fotografía artística, de bodas y se especializó en bebé y recién nacido. Por aquel entonces Virginia ya había establecido su residencia en Sotillo de la Adrada, localidad de la que también procedía parte de su familia, entre otras cosas por la cercanía de este municipio con Madrid, que es donde le salían la mayor parte de los proyectos cinematográficos en los que trabajó. Después de darle muchas vueltas, a finales de 2013 abrió en Sotillo Cocum Pictures, su estudio de fotografía especializado en new born, bodas «con un toque diferente» y fotografía documental. «Me fui moviendo», dice para explicar como poco a poco su fotografía, muy diferente a todo lo que se hacía entonces por esa zona, se fue dando a conocer. «Al principio a la  gente le extrañaba que no hiciera fotos de carné», pone como ejemplo de lo que le costó que se entendiera el concepto de fotografía artística. 

Aunque no sin dificultades, las que tiene todo autónomo y alguna más por ser mujer, Virginia de Loro consiguió vivir de su trabajo desde entonces y hacerse un hueco en el mundo de la fotografía con encargos no solo en Sotillo y el entorno sino también fuera y de lugares como Andorra o Inglaterra. Sin embargo, llegó la pandemia y con ella la falta de bodas y de eventos y tuvo que cerrar el local y trasladar el estudio a su casa. 

Después de meses muy complicados en los que su actividad estuvo prácticamente paralizada, Virginia empezó a trabajar otra vez, aunque no al nivel prepandemia. Y así fue como en 2021 decidió empezar a participar en concursos de fotografía, animada por su hermano que también es fotógrafo. «El primer mes, ya me empezaron a premiar», cuenta Virginia al hablar de una fotografía de boda a contraluz que realizó junto a la Muralla de Ávila. En poco más de un año ya atesora una veintena de premios internacionales y esa nominación a los Oscar de la fotografía.   Su objetivo para este año, reconoce, es competir en  los Lux, que vienen a ser como los Goya de los profesionales de la cámara, una cámara que la llevó de nuevo a sus orígenes y con la que pretende situar el nombre de Sotillo y de Ávila en la cima de los mejores fotógrafos de nuestro país.