El portavoz del PSOE en la Diputación de Ávila, Pedro Muñoz, defenderá en el próximo Pleno corporativo una moción en la que se pide a la institución provincial que se dirija a los bancos que se encuentran en procesos de fusión y al Gobierno de España para tratar de evitar la desaparición de oficinas en el medio rural, por el perjuicio que esta circunstancia ocasionaría a los habitantes de nuestros pueblos.

En su parte resolutiva, la moción socialista propone que la Diputación se dirija a las entidades financieras que tengan sucursales abiertas en los municipios de la provincia de Ávila, especialmente al Banco Santander, Caixabank, Bankia, Unicaja, BBVA y Banco Sabadell, instándoles a que no procedan al cierre de las sucursales en los procesos de restructuración y/o fusión que están planteando o puedan plantear.

La desaparición de estas oficinas, según Pedro Muñoz, "llevaría consigo la pérdida de un servicio esencial para los vecinos de los pueblos, aparte de la pérdida de puestos de trabajo" en  ese ámbito también. 

La iniciativa del Grupo Socialista pide también que "la Diputación se dirija al ministro de Consumo y la vicepresidenta responsable del Reto Demográfico para que adopten, de forma urgente, las medidas oportunas destinadas a evitar que avance el desierto financiero en el ámbito rural".

Que se declaren servicios esenciales. En este sentido, se pide que se declaren servicios esenciales las sucursales bancarias existentes en el ámbito rural, y que se condicionen las ayudas y aprobaciones de los procesos de restructuración, al mantenimiento de la planta de oficinas existentes en los pueblos.

Pedro Muñoz justifica la presentación de esta moción en el hecho de que "la crisis económica tiene una derivada profundamente perjudicial para los habitantes de los pueblos de la provincia de Ávila, que es la concentración de los servicios financieros, que lleva aparejado el cierre de la inmensa mayoría de las sucursales de las entidades financieras en la provincia"

Especialmente, indica la moción, tuvo influencia la incorporación de la antigua Caja de Ávila a Bankia, que supuso la desaparición de muchas sucursales de Caja de Ávila situadas en los pequeños municipios de nuestra provincia. A ello se unieron posteriores procesos de contratación bancaria, que también acarrearon cierres de oficinas en el ámbito rural de Ávila y que privaron a los ciudadanos de la inmensa mayoría de los pueblos de Ávila del acceso a los servicios financieros.