"En nuestro negocio hemos apostado por la calidad"

I.Camarero Jiménez
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Carlos Arribas es un amante del comercio «de toda la vida» y lo demuestra al frente de Ultramarinos Marina, una pequeña tienda del barrio de La Toledana que fundó su madre hace 50 años. Calidad, producto de cercanía y trato personalizado es su aval

"En nuestro negocio hemos apostado por la calidad" - Foto: David Castro

Carlos Arribas (Ávila, 1974) tiene entre sus manos un negocio de esos que llamamos de toda la vida, pura esencia del Ávila que fuimos y ejemplo de capacidad de adaptación para sobrevivir en un medio que a veces no lo pone tan fácil como muchos desearíamos.

A buen seguro, muchos de los lectores de Diario de Ávila saben quién  es el entrevistado de hoy porque es un 'clásico' del comercio. Son muchos años, casi toda una vida, la que Carlos ha estado detrás de los mostradores de Alimentación Marina. Una tienda de ultramarinos ubicada en la calle Logroño del barrio de La Toledana a la que casi todo el mundo conoce como 'La Marina''. Pero no, va sin el artículo «la»,  aunque confiesa Carlos en tono de broma que «al final vamos a tener que cambiar el nombre».

El próximo 14 de abril cumplirá ese establecimiento la friolera de 50 años.Carlos aún no los tiene, pero desde bien pequeño su madre, Marina (de ahí el nombre del comercio), allí se le llevaba a él y a su hermano Jesús, cuando el colegio cerraba la jornada.

Eran otros tiempos, la conciliación no existía en el diccionario de nuestro día a día, pero tampoco eran tantas las actividades extraescolares a las que se apuntaba a los pequeños, así que su vida transcurría entre los productos fundamentalmente de alimentación del pequeño establecimiento durante el curso escolar. En verano ya era otra historia porque las vacaciones las pasaban con sus abuelos y sus primos en Niharra, la tierra que vio nacer a los padres de Carlos.

El contacto hizo que el cariño y el amor por el negocio surgiera en él, pero más aún lo propició su madre, un ejemplo a seguir.  Tiene claro Carlos que Marina fue «una adelantada a su tiempo», una emprendedora de manual, pero sin quererlo.Sabe por lo que le han contado que cuando ella dejó Niharra para venirse a la ciudad quería montar un negocio. Y lo hizo y eso que experiencia en el sector no tenía ninguna. 

Además era extraño que fuera la mujer quien diera el paso;más bien las cosas ocurrían al revés: el marido lo creaba y la mujer le respaldaba.Pero no, en su caso fue al contrario y al final, fue su padre quien acompañó a Marina, pero con ella como el verdadero alma del lugar.

El negocio vio la luz en 1972 y gran parte de los 50 años que ahora cumple el lugar Marina estuvo al frente.De hecho, ella se jubiló. Pero... como su vida y su día a día era la tienda, regresó con una jubilación parcial. Así estuvo hasta que cumplió nada menos que los 72 años. Hoy ve como su hijo mantiene el negocio desde la barrera.

Carlos ha estado con ella, pero también en otros negocios.Se reconoce emprendedor, de madre lo había sacado y en madre y padre encontró el respaldo siempre que lo necesitó y eso fue para abrir una tienda de ropa o durante el tiempo que se dedicó a la venta de coches de segunda mano y otros proyectos... Pero al final la vida le devolvió al lugar donde pasó su niñez y donde al fin y al cabo era feliz. Además sabe por experiencia que si tienes varios negocios entre manos «al final no dedicas el tiempo que tienes que dedicar a cada uno de ellos». 

Hay que elegir y el lo hizo poniéndose al frente en 2004 de manera, ya sí, exclusiva. Desde entonces y durante algún tiempo contó con su madre como trabajadora y, a tiempo parcial, en ocasiones con su hermano Jesús, además de a tiempo completo con otro empleado más, con el que da servicio en su negocio durante todos los días de la semana. Abre de lunes a domingo, aunque los fines de semana sólo por la mañana y cerrando sólo Navidad y Año Nuevo. 

Mantiene la esencia viva de lo que es una tienda de estas características pero con especialización y desde luego con una clara apuesta por la calidad porque «en este tipo de comercios puedes apostar por ir a calidad o a precio y nosotros lo hicimos por lo primero». Bien que han hecho porque esa calidad sabe apreciarla  un público que ha ido cambiando con el paso de los años. «Antes venía a comprar la abuela, luego la madre y ahora hablamos de que los que vienen son los nietos. Podemos decir que nuestros clientes ahora son de tercera generación». 

 

¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza sobre Ávila?

Un buen lugar para vivir.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

La verdad es que me gusta todo, de otro modo no estaría aquí.

¿Y lo que menos?

Em ciertos aspectos, la mentalidad de la gente.

Un lugar para perderse.

Gredos, especialmente la zona de Hoyos del Espino. En verano me escapo siempre que puedo, sobre todo los domingos que libro.

Un recuerdo de su infancia.

Los veranos en Niharra, con los abuelos y los primos.

Un personaje abulense que le haya marcado.

Mi madre. También mi padre, pero sobre todo, mi madre por los valores que nos ha inculcado y por su forma de ser.

El mayor cambio que necesita Ávila es...

Necesita más industria y mejores comunicaciones para poder crecer. Lo digo con conocimiento y no puede ser que ahora se tarde más en ir a Madrid que hace unos años.

Y Ávila tiene que mantener...

La calidad de vida.

¿Cómo ve Ávila en la actualidad?

Está bien en el sentido en que está enfocada por el buen camino, pero queda mucho por hacer. 

¿Cómo ve Ávila y su provincia en el futuro?

Espero que mejor que ahora, quiero verla bien. Que mis hijos y la gente joven tenga, si así lo desean, la opción de quedarse aquí a vivir y no la obligación de tener que marcharse-.

¿Qué puede aportar a Ávila y su provincia?

Yo trataré de ayudar en lo que pueda y seguir colaborando como lo hacemos siempre que surge la oportunidad por ejemplo con patrocinios deportivos o colaborando con diferentes asociaciones de la ciudad o la provincia que nos necesiten. En el incendio de La Paramera nos llamaron para ayudar en la preparación de los bocadillos y allí estuvimos. Estaremos siempre que nos necesiten.