Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


Está llegando el 5G, pero comienza a ‘sonar’ el 6

30/09/2020

A ‘bombo y platillo’, como dice el tópico se está anunciando la puesta en marcha de la tecnología 5G durante estos días en España. La irrupción en nuestras vidas de este sistema de comunicación va a suponer un adelanto notable frente a la actual 4G. Una de las diferencias más notables es que con esta quinta generación la velocidad de descarga promete ser de hasta 20 Gbps frente a 1Gbps que tiene actualmente el 4; también una menor latencia de respuesta y teóricamente un menor consumo energético de los dispositivos lo que permitirá más duración de las baterías.
Nadie pone en duda el beneficio sobre «el internet de las cosas» y la interconectividad de dispositivos de todo tipo como cámaras de seguridad, equipos de domótica, coches «inteligentes» y similares.
Lo que no he encontrado en ninguna de sus especificaciones y artículos publicados es la potencia de radiación emitida por  dicha tecnología y una comparativa sobre otro tipo de emisiones similares.
Existe un alto grado de preocupación y un debate, a veces silenciado por algunos medios, sobre los presuntos efectos nocivos sobre la salud de las personas, animales o plantas situados cerca de las antenas, ya que será necesario instalarlas «a mogollón» debido a que el alcance es más limitado que las actuales.
Actualmente la OMS está realizando un estudio de evaluación de riesgos para la salud por exposición a radiofrecuencias que verá la luz posiblemente en 2022, aunque para esas fechas ya se habrá desarrollado todo el despliegue necesario.
Realmente un estudio epidiemiológico serio sobre la nocividad de un producto o tecnología llevará muchos años de análisis de datos y evolución. Es decir que si realmente afecta al ser humano como muchos científicos afirman, sólo se verá dentro de unas décadas, cuando no haya remedio. Por eso algunos países están realizando moratorias contra su implantación, e incluso prohibíendola, pero de eso poco leemos o escuchamos. De todos los modos en España se aplica muy poco, por no decir nada de nada,  el denominado «principio de precaución».
Y visto el panorama, me temo que no nos va a quedar otra que disfrutar, para algunos y soportar para otros la vanguardista comunicación. Lo malo, como en tantas otras cosas es que aunque no quieras tenerla te la van a imponer sí o sí, porque si no tienes un equipo que capte el 5g las antenas emisoras te van a dar de lleno. Pero tranquilos, porque aunque está aquí el 5G, ya está desarrollándose el 6G que en unos pocos años nos promete descargas de hasta 1.000 gbs por segundo lo que conseguirá respuestas inmediatas en vehículos autónomos y en desarrollos de inteligencia artificial. Todo un reto tecnológico y apasionantes posibilidades cibernéticas.
Las máquinas podrán responder instantáneamente a nuestras solicitudes haciéndonos la vida más cómoda, pero eso sí. ¿Cómo afectarán estas tecnologías a nuestra salud? ¿Serán mayores las ventajas de estos desarrollos ideales para la evolución electrónica que su presunta nocividad?
 No te lo preguntes porque te va a dar igual. :-(