La escasez de stock de vehículos por la crisis de los semiconductores, agravado por la nueva situación de incertidumbre internacional por la guerra en Ucrania y la propia inestabilidad de la pandemia, sigue haciendo mella en la compra de turismos y todoterrenos nuevos, que se mantiene a la baja. En lo que va de año (meses de enero y febrero) se matricularon en la provincia de Ávila 183 vehículos, frente a los 199 del año pasado, lo que supone un descenso del 8%. Esta caída es algo más moderada que la que se registró en el ámbito regional, que presentó un descenso medio del 13,4% al cierre de febrero, y contrasta con el aumento experimentado en el conjunto del país, algo superior al 4% aunque «un dato engañoso» para la patronal, al recordar que la comparación se hace sobre «uno de los peores febreros de la serie histórica», como fue el de 2021, y también porque ahora se está matriculando «la bolsa de coches que se vendieron a finales del año pasado».

En cualquier caso, el descenso experimentado en lo que va de año en Ávila se cimentó en el canal de empresa, que de demandar 70 vehículos hace un año ha pasado a matricular 54 entre los meses de enero y febrero. El segmento de particulares sigue dominando el mercado y se quedó con las mismas cifras del año pasado, 129 vehículos matriculados en los dos primeros meses del año. 

También se aprecian diferencias en cuanto a los combustibles, no en vano la preferencia por los tradicionales (gasolina y diésel) ha dado paso al liderazgo de los vehículos con energías alternativas (híbridos, eléctricos...), que en lo que va de año ya suponen el 53% del total. Los 97 vehículos matriculados con energías alternativas son un 67% más que los contabilizados un año atrás, frente a los retrocesos experimentados por la gasolina (58 vehículos matriculados y un 46% menos) y el diésel (28 unidades y un 15% menos).