Conseguir un producto final excelente que llegue en perfectas condiciones a más de 20 países del mundo no puede sino ser el resultado de un equipo multidisciplinar con calidad humana, constituido por profesionales cualificados y entregados. Y, en el caso del queso Los Cameros, es también el secreto que lo convierte en una referencia gourmet dentro y fuera de España. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebrará esta semana, tres mujeres integrantes de la compañía relatan su experiencia.
Laura Santamaría, graduada en traducción e interpretación y máster en comercio internacional, es responsable de back-office en el departamento de exportación de la firma riojana, así como de redes sociales y del blog Cultura del Queso. Por su parte, Patricia García es auxiliar de laboratorio en el departamento de calidad y medioambiente. Por último, Vanesa Pérez ocupa el cargo de responsable de turno.
Desde sus diferentes áreas de actividad, todas despliegan su tesón y profesionalidad para conseguir que la quesería funcione como la seda, que la materia prima y el producto final sean de calidad excepcional y que la marca se aprecie en diversos rincones del mundo.
«Alemania es nuestro mercado principal, seguido de EEUU y México. También han crecido mucho Dinamarca y Polonia», asegura Laura Santamaría. En estos países trabajan principalmente con distribuidores que venden a tiendas gourmet, en las que sus clientes buscan un producto premium.
«El Departamento de Exportación es muy dinámico, cada día surgen temas inesperados que hay que resolver en el momento», detalla. Su trabajo gestionando pedidos es fundamental para que estos lleguen sin contratiempos.
Una de las máximas de la firma, afincada en Haro, es que, sin una buena materia prima, no puede existir un buen producto. De acuerdo a esta filosofía, así como a su compromiso con el desarrollo rural y la economía de proximidad, la leche que emplea la quesería procede de ganaderías de la zona. Además, recientemente han puesto en marcha un punto de recogida ubicado en Jalón de Cameros, para que las granjas de ganado caprino de los alrededores, ubicadas en enclaves de difícil acceso para los camiones cisterna, acudan diariamente a entregar la leche recién ordeñada.
Patricia García, auxiliar de laboratorio, se encarga de garantizar que, efectivamente, esa materia prima es de la máxima calidad y que cumple con todos los requerimientos de seguridad alimentaria, a través de análisis microbiológicos, físico-químicos y visuales. «En una leche de calidad influyen mucho los ganaderos, el ganado y su alimentación», explica. «También es muy importante que se realicen una serie de controles periódicos que aseguren que esa materia prima coincide con los parámetros que se buscan», añade.
«Coordinar al personal, controlar los pedidos y el stock y gestionar el flujo de trabajo optimizando los recursos (operarios, materia prima, unidades disponibles, envases… ) para que nunca falte producto al cliente». Así define Vanesa Pérez sus quehaceres como responsable de turno de la quesería.
Una organización en la que, recuerda, «quien lleva la iniciativa realmente es el propio queso», con sus tiempos de curación. Todo para que el resultado sea exquisito.