Subir el Dhaulagiri (8.167 metros) como homenaje a todos los mayores que han sufrido debido a la pandemia del covid-19. Este es el reto que se ha planteado para este próximo mes de abril el montañero abulense Carlos Soria, que con 82 años regresa al Himalaya pensando en hacer un reconocimiento a quienes, como él, se encuentran en una avanzada edad pero que «todavía existimos y podemos hacer cosas».
El 5 de abril es la fecha que tiene en mente el montañero abulense para partir hacia la que será su decimoprimera intentona de subir a esta montaña. «Para ir con más medios necesito un patrocinador, ojalá que salga, pero si no sale, iré igual, porque quiero subir a ese montaña para hacer un homenaje a la gente de mi edad que ha sufrido y está sufriendo tanto con esta pandemia», comenta Carlos Soria a través de sus redes sociales desde Peñalara, donde ha reiniciado sus entrenamientos de cara a una expedición que para no hacer en solitario y disponer de los suficientes medios, necesitaría de una presupuesto cercano a los 140.000 euros, de ahí la necesidad de Soria de disponer de un patrocinador que le ayude con esos gastos.
«Ya tengo 82 años, una edad importante, y el año pasado ya lo perdí debido a la pandemia, y no estoy dispuesto a perder otro», comenta Soria, que reconoce que «son momentos complicados para todos, pero quiero ir. Tengo una edad de riesgo en la situación sanitaria actual, pero soy alpinista, lo he sido toda mi vida, y quiero acabar mi proyecto de subir los 14 ochomiles», para el que solo le faltan el Dhaulagiri y la cumbre central del Shisha Pangma (8.013 metros).
Tan claro tiene Soria que quiere realizar este homenaje a la gente de su generación que «si tengo que ir solo, iré, aunque lo pasaré mal. Espero que el 5 de abril no vaya solo y puedan venir más compañeros conmigo, porque lo vamos a intentar con todas las fuerzas del mundo para demostrar que las personas mayores seguimos teniendo muchas ilusiones y muchas ganas de vivir. Lo hemos pasado mal, y esta es mi forma de animarles para que sigan teniendo ganas de vivir».