Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Pinchar en hueso

03/03/2021

Hoy, 3 de marzo, se cumple un cuarto de siglo de la victoria del PP en unas elecciones generales. La ocasión se presta para análisis y siempre es estimulante leer entre líneas al que fuera presidente de la Junta de Castilla y León y número uno del Ejecutivo nacional, José María Aznar. Sin ir más lejos, ayer mismo se prodigaba en animado diálogo en un acto conmemorativo de la gesta política con el actual presidente del partido, Pablo Casado. Y aunque no voy a hacer una exégesis de las palabras pronunciadas por tan relevantes contertulios, no puedo evitar aludir a la lacerante sentencia dictada por Aznar: ‘La batalla de las ideas es esencial’. Y le faltó decir: ‘Y no miro a nadie’.

Ciertamente vivimos unos tiempos en los que las ideas que nos sobrevuelan como nación pasan por aceptarlo prácticamente todo, sin rechistar y agradecidos de que ‘papá Estado’ nos proteja y nos defienda hasta de nosotros mismos, porque, al parecer, no entendemos la democracia en toda su amplitud y generosidad.

Confieso que esperaba que Aznar y Casado profundizaran en el análisis del centro derecha que marcó el devenir de España en aquellos años. Pero ocurrió lo que era previsible, cuando el actual líder del PP espetó que “pinchan hueso aquellos que pretenden dividir a la nueva generación del Partido Popular con nuestros predecesores” (sic). Un argumento que no pareció suficiente para atenuar la sensación de “indefinición” a la que aludió el propio Aznar y que tan en boga está hoy en día en la política y en la economía, que también es política.

Qué recuerdos de cuando Aznar hablaba catalán “en la intimidad” y de cuando decía “créanme”, mirando a cámara, para asegurar que el gobierno iraquí tenía armas de destrucción masiva.

Casado todavía necesita algo más de tiempo para que su oratoria deje huella en el recuerdo colectivo, aunque también es verdad que lo tiene más difícil y que Aznar nunca tuvo enfrente a tan amplia y variopinta panoplia de formaciones políticas como las que hay ahora. El análisis de un tema siempre conduce a otros, también insolubles, como qué habría pasado si hubiera prosperado el proyecto de Hernández Mancha. Pero todo eso, me temo, es también otro hueso en el que doblar el tenedor más incisivo.