"Si me asalta la idea del suicidio, miraré la foto de mi hija"

Begoña Fernández (EFE)
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Varios supervivientes coinciden en que líneas como el 024, que Sanidad activa hoy, son necesarias porque salvan vidas

Los expertos advierten que el 80 por ciento de las personas que se quita la vida sufre alguna enfermedad mental. - Foto: GRUPO REY ARDID (Europa Press)

Jonathan es auxiliar de enfermería y un superviviente. Tiene 30 años y, a su espalda, dos tentativas de suicidio en 2021. Hoy, con tratamiento médico, lo da por superado y es consciente de que si en algún momento le asalta la idea de quitarse la vida, mirará la foto de su hija de 17 meses.

Coincidiendo con la activación hoy de Sanidad de la línea 024 de ayuda a las personas con riesgo de esta conducta, Jonathan y otros supervivientes, como Vega, madre de un chico de 20 años que se quitó la vida, o Javi Martín, el presentador del programa Caiga quien caiga, que barajó la idea en varias ocasiones, coinciden en que estos teléfonos salvan vidas, pero detrás debe haber profesionales entrenados porque cuando el suicida cuelga, no hay posibilidad de ayuda. De media solo transcurren 90 minutos desde que la persona piensa en matarse hasta que lo intenta, y en ese corto espacio de tiempo estas líneas cobran suma importancia.

Jonathan se tomó una caja de antidepresivos, pero cuando ingería la última pastilla, ya se había arrepentido. Recurrió a los servicios de emergencia, que actuaron rápido y el lavado de estómago fue en el propio domicilio.

Pero no solo los afectados aplauden la esperada activación del 024 en el territorio nacional, también lo hacen asociaciones como La Barandilla, que cuenta desde 2018 con su propio número (911 385 385). No obstante, su presidenta, Ana Lancho, reprueba que aún no se conozca cómo va a funcionar, si estará disponible 24 horas o será atendido por psicólogos o voluntarios.

Lancho considera que el teléfono es una medida «muy potente» que salva vidas y eso ocurre porque el acceso es fácil, «nadie te juzga y es anónimo».

El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), Víctor Pérez-Solá, asegura que el suicidio «se puede prevenir pero no predecir» y considera estos teléfonos parte de una estrategia en la que hay otros pilares, como formar bien a los médicos de Primaria en el diagnóstico o preparar a los jóvenes en el bienestar emocional. Según este experto, el 80 por ciento de la gente que se suicida (80.000 tentativas al año y 4.000 consumadas) sufre enfermedad mental.

Jonathan no recurrió nunca a estas líneas porque encontró apoyo en su mujer, a la que llamaba en los momentos críticos, pero cree que son necesarias y pueden rebajar las cifras de suicidios, aunque sobre todo insiste en que detrás tiene que haber profesionales preparados.

Tras un primer episodio en 2017, fue diagnosticado con trastorno límite de la personalidad y ansiedad generalizada. Nunca antes había tenido problemas, pero confiesa que una infancia con maltratos pudo ser origen de estas alteraciones, que le han acarreado sufrimiento suficiente como para abocarse a dos tentativas de suicidio.

Hoy, sigue el tratamiento médico y aleja de sí cualquier pensamiento de este tipo porque le «partiría el alma» ver qué explicación le darían de mayor a su pequeña hija. 

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