Los servicios funerarios llevan trabajando en primera línea desde el primer día de la pandemia, siendo el último eslabón de la cadena al ocuparse de los fallecidos por covid o por cualquier otra patología o circunstancia tanto en hospitales como residencias, domicilios o accidentes. Sin embargo, la Estrategia de Vacunación frente a la covid-19 que fija la planificación de la vacunación en Castilla y León marcada por el Gobierno regional, no considera a las funerarias como un servicio esencial y por tanto prioritario, como ocurre con los sanitarios o los farmacéuticos, por poner algunos ejemplos, pese a que sus trabajadores también se exponen a mucho riesgo.
Una circunstancia que se constata a través de una carta de un Servicio Territorial de Sanidad de la Junta de Castilla y León a la que ha tenido acceso este periódico, en la que su titular señala que «el personal de las funerarias será vacunado cuando les corresponda por grupo de edad».
Justifica esa afirmación en que el calendario de vacunación en esta Comunidad se ajustará en todo momento a lo previsto en la Estrategia Nacional de Vacunación frente a la covid-19, aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, y en todas las actualizaciones que de la misma se vayan produciendo, como la del pasado 26 de febrero que establecía el orden de vacunación de los grupos de población en función de la disponibilidad de dosis de vacunas. «Es importante, en el momento que nos encontramos, hacer una llamada a la confianza en la propia Estrategia y a la solidaridad, y entender que en el contexto epidemiológico actual todos los esfuerzos deben centrarse en aquellos que pueden ver más afectada su salud o, incluso, perder la vida por contraer el virus y desarrollar la enfermedad», subraya el jefe del Servicio Territorial de Sanidad, quien explica que «la priorización se ha establecido en función de criterios éticos y de la evidencia científica, dirigiendo la vacunación hacia las personas más vulnerables y con mayor riesgo de exposición y de transmisión a otras personas».
En ese sentido cabe remarcar, como ya han hecho desde la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), que los servicios funerarios son los que se encargan de recoger fallecidos por covid de residencias, hospitales e incluso de domicilios, donde sus trabajadores se sienten más expuestos porque en muchas ocasiones los familiares de los difuntos no saben si ha muerto o no por covid ni si ellos mismos han sido contagiados, pero además se ocupan de los velatorios por los difuntos, por lo que su exposición no deja lugar a dudas.
Por ello, desde el sector no se explican el por qué de no ser considerados personal esencial, al tiempo que se preguntan quiénes lo son a parte de los profesionales sanitarios, dado que ellos también están en primera línea durante la pandemia.
Consultado el responsable del tanatorio Isabelo Álvarez de Ávila, Luis Álvarez, sobre este asunto, transmite su preocupación al considerar que las funerarias «sí son un servicio esencial, porque si colapsamos o nuestro personal enferma por covid se produciría un problema muy serio, pues quién iría a recoger a los fallecidos».
De momento esa interrogante no tiene respuesta por parte de las Administraciones, que en el caso de Castilla y León se limitan a señalar la vacunación de su personal se realizará «cuando les corresponda por grupo de edad». Eso sí, el criterio no es el mismo en todas las comunidades autónomas, puesto que en Madrid, por ejemplo, sí se está vacunando a este colectivo profesional.