Los avances en la extinción del fuego de Cebreros y El Hoyo de Pinares que se veían en los últimos días han servido para que el incendio se encuentre ya en rango de estabilización tras realizar las últimas operaciones de cortafuegos, especialmente en la zona norte de El Hoyo de Pinares, y se esté trabajando para asegurar el perímetro, que alcanza unos 50 kilómetros. El problema, sin embargo, se vivió durante la jornada con las reproducciones, especialmente una de la tarde en dirección a Valdemaqueda, que al cierre de esta edición parecía más estable tras los primeros momentos de intensidad.
Según detalló el delegado de la Junta de Castilla y León en Ávila, José Francisco Hernández, la situación estaba tranquila por la mañana y, aunque había alguna reproducción dentro del perímetro, lo importante era que no saltara al exterior. La superficie afectada por el incendio que se declaró el pasado fin de semana en Cebreros se mantiene en las 4.500 hectáreas y a lo largo del día sí que se habló de cierta desmovilización de los efectivos, e incluso se habló de la posibilidad de bajar el nivel de riesgo, lo que finalmente no fue posible.
En el balance de última hora de la tarde, el jefe de jornada, Miguel Ángel García Bachiller, explicaba que el incendio había estado bastante estable a lo largo del día, «con pequeñas reproducciones dentro del perímetro que se han ido solucionando con los medios que había dentro del incendio». Pero sobre las 18,20 horas en el flanco este se produjo una reproducción, algo que cree que era previsible por las condiciones meteorológicas de la tarde con mucho calor y viento, que llevó a que se movilizar medios, con más 13 aéreos para poder controlar la situación. Al cierre de esta edición se indicaba que esta reproducción se encontraba «más estable que al principio» porque «cogió mucha fuerza» en su inicio pero «con los medios aéreos se ha controlado. En la noche la previsión es que este foco vaya bajando».
Sin embargo, la reproducción sí saltó «un poco», señalan desde la Junta de Castilla y León, fuera del perímetro, aunque fuera «muy levemente». Eso hizo que se tuviera que trabajar en otra línea de seguridad más exterior aún.
Con estas circunstancias el propio delegado territorial de la Junta propuso mantener el nivel 2, apoyado en los informes técnicos, porque mientras «estas circunstancias sigan aconteciendo parece conveniente tener la misma o semejante intensidad en el operativo y efectivos activados para estar vigilantes para posibles reproducciones que no compliquen el trabajo consolidado», dijo.
Esto sucedió a última hora de un día en el que se procedió a abrir al tráfico las carreteras AV-561 y AV-562, si bien la AV-502 desde Navalperal de Pinares se dejó solo para que la usen de forma exclusiva los vecinos de El Hoyo de Pinares, que ya han podido volver a sus casas y que pudieron comprobar que no hay ninguna edificación afectada por las llamas, no así sus montes o los de Cebreros.
La evaluación durante la mañana también correspondió a Alejandro Peñalvo, director técnico de extinción, que confirmó que la situación «estaba tranquila» sin que (en ese momento) el incendio se hubiera movido del perímetro que se había hecho el día anterior «a pesar de que sopló el viento y se reactivó en algunos puntos interiores». Eso supone que el trabajo que queda por delante «es intentar evitar que se salga del perímetro, seguir trabajando en las reproducciones, en los puntos que humea todavía y evitar que puedan salir llamas o pavesas que puedan prender fuera del perímetro e iniciar un nuevo incendio». Esto lo decía siendo consciente de que se avecinaba un día de temperaturas muy altas, vientos del sur que podían complicar y una humedad relativa muy baja que hace que el combustible esté muy seco y «cualquier chispa o pavesa nos puede prender en otro sitio», de ahí la importancia de seguir con la vigilancia. En esa vigilancia la zona más peligrosa en la mañana se seguía situando al norte de El Hoyo de Pinares, precisamente por ese viento del sur que podía hacer que se fuera «no hacia El Hoyo de Pinares sino hacia el norte».
El técnico recordó cómo el incendio se inició con una componente sur bastante importante, cerca de Cebreros, e inicialmente tomó dirección Ávila por Arrebatacapas pero cuando se «consolidó mínimamente ese perímetro» hubo un cambio de viento hacia el oeste y se fue el dirección de El Hoyo de Pinares, a lo que se sumaron vientos cambiantes y de rachas incluso de 50 kilómetros por hora que hicieron que prácticamente supuso que estuviera fuera de capacidad de extinción. «Había llamas tremendas, el medio estaba muy seco y había reproducciones muy por delante de donde estaba el viento de llama», explicó, aunque cuando se acercó a El Hoyo de Pinares se pudieron hacer medidas de control, aunque «en estos días se ha ido viendo que cuando tenías el perímetro ajustado, un cambio de viento o rachas fuertes sacaban pavesas o ramas encendidas fuera de perímetro» y les dejaba «detrás del incendio». Pero a partir del miércoles, con vientos más estables y menos fuertes se pudo trabajar a consolidar el perímetro que es lo que se está haciendo los dos últimos días.
En este tiempo uno de los desafíos fue evitar que el fuego entrara al casco urbano de El Hoyo de Pinares, lo que sucedió en dos momentos distintos y llevó a hacer trabajos de eliminar vegetación y quitar puntos calientes y apagarlos.
En la que es la séptima jornada del incendio, el delegado de la Junta agradeció el trabajo de estos días de las agrupaciones de Protección Civil (que seguirán vigilando que las medidas adoptadas en El Hoyo de Pinares se respeten), al operativo de la Junta de Castilla y León (también a personal no presente), los efectivos de Madrid, Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura, el Gobierno de España (UME y personal del Ejército), técnicos, Bomberos de Ávila, a los Diputación, ayuntamientos, Cruz Roja, a las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado o la Federación de Hostelería o World Central Kitchen.