"En el césped es donde me siento un buen profesional"

Alberto Sánchez
-

Iván Díaz Infantes se dio a conocer como parte del equipo del 'Profe' Ortega en el Atlético de Madrid campeón de Liga 2014. Aquello fue un trampolín para todo lo que vendría después. Mientras espera una oferta adecuada, aprende a 'ser' empresario

Iván Díaz Infantes - Foto: I.G.

Nació en Mora de Toledo (1979), se siente  y le sentimos de Arenas de San Pedro pero si aplicamos al pie de la letra ese refrán que dice 'uno no es de donde nace, sino de donde pace', lo cierto es que IvánDíaz Infantes es de muchos sitios. Porque el arenense ya ha pisado mucho mundo y lo que le queda. La culpa, su profesión, o mejor dicho, su buen hacer, porque son los resultados de su trabajo los que le han llevado a Bulgaria, Arabia Saudí... Le llamaron de China, pero la situación sanitaria no le convence,  y lo tuvo hecho para irse a Irán, pero el estallido de las últimas protestas y la decidida apuesta porque el proyecto profesional pueda conjugarse con la familia le llevaron a tomarse un pequeño respiro. Al menos en lo que se refiere pisar el césped. Sólo será un momento. «No ponerte en el mercado no impide que te llamen de los sitios» comenta Iván Díaz Infantes, ahora embarcado en una o varias tareas muy diferentes. Ha dejado de lado la adrenalina de los banquillos pero no el fútbol, muy presente aunque desde otra perspectiva, la de la startup 'Construyendo Fútbol', la de su labor en iTorneos o su desempeño como imagen y embajador de TryOliver.

Pero para llegar a entender el  'hoy' de IvánDíaz Infantes hay que empezar por el 'ayer'. Licenciado en Magisterio de Educación Física en Zamora, estudió INEFen Madrid.Sabía que al final del camino le esperaba el fútbol, pero en sus años universitarios quiso saborear otros deportes. Concretamente el voleibol. «Me planteé aprovechar los años de universidad para aprender todo lo que me llamara la atención. Los primeros años tienes asignaturas de todos los deportes y me gustó no sólo la propuesta didáctica del voleibol sino el profesor». Se podría decir que es su segundo deporte, porque el primero es el fútbol.Lo lleva en la sangre. Porque el apellido Díaz Infantes es hablar de su hermano Pablo, un trotamundos del fútbol, o Carlos, internacional Sub'17 y conocido por los aficionados del Real Ávila por su paso por el Adolfo Suárez. «Manolo es el único hermano que no juega». Pero en el caso de Iván la pasión por este deporte ha sido diferente. «Puedo decir que he tenido la suerte de que mi dedicación profesional vaya más allá de jugar y sea entrenar».  

Todos comenzaron a escuchar el nombre de IvánDíaz Infantes tras su paso por el Atlético de Madrid, pero para llegar a su 'casa' antes comenzó pisando la del 'vecino', porque lo que muchos no saben es que en sus primeros años comenzó ejerciendo de entrenador en la Fundación del Real Madrid. «Un amigo de la universidad ya estaba trabajando allí y me recomendó». Entonces era profesor de Educación Física en el colegio madrileño Jesús Maestro, labor que mantuvo durante todos sus años como preparador físico de la Academia de Rendimiento del Atlético de Madrid. Y es que gracias a estar vinculado con su vocación de maestro su currículo llegó al Atlético.Casualidades de la vida le abrieron las puertas del club colchonero.Del AlevínF, el último de la fila, a incorporarse como preparador físico de la Academia de Alto Rendimiento.Fueron los inicios de un periplo de 12 años –trabajó con directores deportivos como Milinko Pantic, Quique Estebaranz, José María Amorrortu, Carlos Aguilera y Miguel Ángel Ruiz– en el Atlético de Madrid, un club en el que es posiblemente el único entrenador –incluyendo también en este término al preparador físico– que ha pasado de trabajar en la Fundación al primer equipo pasando por todos los estratos de la formación. «Es importante llegar arriba sabiendo lo que es estar abajo». De abajo, arriba. Y se puede decir que 'tocó el cielo' en los cuatro años que formó parte del staff técnico del Cholo Simeone, los años que estuvo a las órdenes del 'Profe' Ortega, «el preparador físico más conocido del mundo, una figura de una repercusión mundial». Trabajar con alguien así es un plus en todos los sentidos, mucho más si al trabajo se le añade el éxito de un título, la Liga 2014, un trampolín para todo que llegaría después.

«Sin éxitos el trampolín hubiera sido más pequeño, el impulso hubiera sido menor» reconoce Iván cuando valora todo lo que supuso esta etapa en su vida profesional. «Muchas veces la gente se pregunta qué método de trabajo es mejor. Simplemente el que gana, el que tiene éxito. Se puede hablar de muchas cosas pero al final un método de trabajo tiene que dar éxito, tiene que ofrecer una retribución deportiva y económica a un club a partir de los éxitos. El mejor método de entrenamiento es el que gana, el que trae el éxito». Sencillo y rotundo. Y el método del 'Profe' Ortega tuvo éxito.

Recuerda la llegada del Cholo al Atlético y la nueva de trabajar. «Hubo un cambio».Se apostó por un método en el que «la responsabilidad recaía en el preparador físico y los que trabajábamos con él. Era un método analítico, no tanto como alguna gente piensa, en el que hay responsabilidad muy grande en el rendimiento físico que el jugador expone en el campo».Un equipo muy físico y una «repercusión muy grande para el preparador».Aquella etapa aún la recuerda en alguna de sus clases –UCAV, UCAM, USAL y próximamente en la RFEF– como un ejemplo para quien le escucha. «Es gracias a aquellos preparadores que han sido pioneros por el método que el preparador físico esté muy reconocidos en el mundo entero».  

Su llegada al primer equipo del Atlético de Madrid fue por su trabajo realizado, pero aquella etapa también era para aprender. «Fue muy sencillo. Por mi mentalidad como preparador me voy recomponiendo como profesional a partir de diferentes métodos. El acierto está en recoger de cada método lo que vas a necesitar» explica.

Los éxitos de aquel Atlético de Madrid le dieron las alas que necesitaba para volar. Le llamó el Ludogorets, campeón de Bulgaria. «En mi primera entrevista con el dueño lo que me pide es que  quiere que su equipo corra igual que el Atlético». Eso requiere tiempo. Aquellos años en Bulgaria estuvo rodeada de éxitos. «Era un equipo donde el contacto con la familia podía existir, campeón y de competición europea». Tres factores importantes, «junto a la proyección profesional» que le suponía. Fueron años de éxitos. En medio, dos acontecimientos precipitaron su vuelta a España. El primero la pandemia, la cual le alcanza en Bulgaria. El segundo el nacimiento prematuro de su hijo. «Mi prioridad era quedarme con mi familia».

A su regreso, el Atlético de Madrid vuelve a llamar a su puerta. «Es importante que de un sitio del que te has ido te vuelvan a abrir las puertas» comenta IvánDíaz Infantes agradecido. Esta vez con el Atlético de Madrid Femenino. «Fue un año bonito, una experiencia nueva». Terminada la temporada recibió la llamada de Cosmin Contra para viajar a Arabia Saudí, al Al-Ittihad. «Fue todo muy rápido». En apenas unos días se cerró. «El club llevaba 13 años sin ganar un título. El objetivo era quedar entre los tres primeros pero pusimos unas perspectivas tan altas –fueron líderes hasta las últimas tres jornadas– que todo se midió por el final». Cuando regresaron a España con la renovación encauzada se enteraron de su cese.

De nuevo en España no le faltaron las llamadas para seguir trabajando en el verde, pero junto a los factores que otras veces ha tenido en cuenta para tomar las decisiones, «también está el personal, el familiar».No quiere alejarse de Matilde, Adriana y Hugo. Quiere tenerlos cerca. «Cualquier proyecto profesional se tiene que orientar como un proyecto familiar, conjunto». Es una premisa que ya tiene muy clara. Mientras espera la propuesta adecuada y desgrana opciones, no se detiene. Sigue en el mundo del fútbol, pero «desde la perspectiva de empresario, de embajador, de imagen». Uno de los frentes más importantes lo tiene en Ávila con la startup 'Construyendo Fútbol', donde forma tándem con Ángel Encinar, con el que coincidió en el Cadete A del Atlético. «El era jugador y yo su preparador físico». Ahora trabajan codo con codo, cada uno en su ámbito. El de Iván, su conocimiento del fútbol de primer nivel, sus contactos y relaciones. Una startup abulense que es ya «un referente a nivel nacional» y con miras a expandirse a nivel internacional. No es su única labor. Junto a un grupo de amigos de Talavera de la Reina conforman la empresa iTorneos . «Necesitaban dar un impulso a sus torneos a nivel de relaciones sociales». Se sumó al proyecto. «De organizar torneos, digamos, de clase media con dos o tres equipos de canteras de Primera, a organizar este pasado verano un torneo en Arenas de SanPedro con ocho canteras de Primera y un equipo de EEUU».Un torneo con un fuerte componente de comarca, de provincia. «Hay un objetivo social. Los niños de la zona se tienen que beneficiar de un torneo así. Pero también un objetivo económico, turístico». Y como no hay dos sin tres, a todo ello se suma su labor como imagen y embajador de TryOliver.

Echa de menos el césped. «Es una actividad en la que llevo casi 20 años. No sólo es donde me siento cómodo sino donde me siento buen profesional.Donde soy bueno es en el campo, entrenando, relacionándome con los jugadores» tiene muy claro. Como empresario o embajador «estoy aprendiendo».

Ha entrenado a chavales y ha entrenado a mayores. «No podría decidirme por una sola faceta en concreto. Me quedo con la responsabilidad y lo gratificante que supone entrenar a los más pequeños, pero también con la adrenalina que es entrenar a profesionales. Es una adrenalina constante.Te genera una dependencia de vivir al máximo el día a día de la competición». Y es que el banquillo engancha. «En muchas ocasiones te encuentras con entrenadores que lo han ganado todo pero que pese a los años sigue y siguen. No lo hacen por una necesidad económica ni por reconocimiento social.Lo hacen por pasión».

Una pasión que en su caso tiene una hora 'límite', las cuatro de la tarde. «Me organizo mi vida en función de mis hijos. A partir de las cuatro, cuando salen del colegio, soy de mis hijos». Porque junto a los proyectos deportivos y empresariales siempre tiene que haber un proyecto de vida.