Apenas unos centímetros

Diego Izco
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España ha recortado con los mejores del mundo una distancia que hace tres años parecía sideral

Apenas unos centímetros - Foto: ALBERTO LINGRIA

Dos roces y unos pocos centímetros, esa es la distancia que separó a España de la gloria. Primero, porque el guante de Unai Simón rozó en lugar de tocar la pelota con veneno que envió Benzema a la escuadra; segundo, porque Eric García rozó una pelota después de que Mbappé arrancase con una ventaja ilegal de más de 40 centímetros, y el árbitro tomó una decisión absurda y ajustada a dudosa legalidad. Y ahí se evaporó la opción del primer título de España desde la Eurocopa de 2012: una distancia mínima, la que ahora separa a España de la gloria: ese es el principal logro de Luis Enrique y sus partisanos a 13 meses del Mundial de Qatar. 


Seleccionador

Que España vuelva a creer en su equipo es lo más parecido a un 'milagro' ejecutado desde el banquillo. Nadie se atrevió a cocinar la revolución después del gran fiasco en Brasil'14. La línea continuista destrozó el proyecto y evitó una regeneración obligatoria; la espantada de Lopetegui (o su destitución, mejor dicho, en la antesala de Rusia'18) arruinó igualmente el segundo intento y Luis Enrique, con ese medio año de paréntesis obligado por la enfermedad y fallecimiento de su hija, ha logrado dibujar la idea de un equipo al que da gusto engancharse. 


Nuevo fútbol

España, sin posibilidades de jugar el 'tiqui-taca' clásico, ha optado por una variante más agresiva: es pura intensidad. Salvando ciertas distancias lógicas, el último triunfo del Chelsea en la Liga de Campeones recuerda a lo que Luis Enrique propone (y sus futbolistas disponen) sobre el césped: poco tiempo para que el rival piense, presión alta y asfixiante, mucha agilidad y apoyos constantes… La idea de que Paul Pogba se viese asfixiado en muchas fases del partido por un niño de 17 años (Gavi) es la parte que define el todo: España muerde, recupera rápido y quiere dictar a qué se juega. El fútbol ya no admite tránsitos cansinos. Todo se ejecuta a una velocidad endiablada, y aquí la selección tira de jugadores capaces de romperse un brazo por una idea. 


Sin 'crack'

En este triunfo de la clase media, del equipo por encima de las individualidades, es posible que España eche en falta a un tipo de primera línea para decidir encuentros como los del domingo. Francia gana por unos pocos centímetros, sí, pero esa distancia es ejecutada por Benzema y Mbappé, dos de los cinco mejores atacantes del mundo en la actualidad. De aquí al 21 de noviembre de 2022 no hay tiempo para 'fabricar' un 'crack': el elemento diferencial que decide, a la hora de la verdad, en competiciones cortas. Por ese motivo el trabajo de equipo (concepto muy distinto de plantilla) seguirá siendo fundamental.
una generación. La gran noticia, primero del verano (Eurocopa) y ahora en la Liga de las Naciones, es que España tiene futbolistas competitivos más allá de un año. La preparación de Luis Enrique no se ha limitado específicamente ni a la Euro ni al Mundial: es trasversal, afecta a todas las líneas y no mira edades. Era la selección más joven de las cuatro que disputaron la fase final (apenas 25 años de media por los 26,7 de Italia, los 27,2 de Francia o los 27,9 de Bélgica). Los Gavi (17), Yeremy (18), Oyarzábal (24), Ferrán (21), Eric García (20), el retorno de Pedri (18) más la previsible llegada de Ansu Fati (18) otorgan a la selección un enorme peso específico de presente y futuro.