La Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) de Ávila ve con buenos ojos el dispositivo de inicio del curso escolar y reconoce que las familias están «más tranquilas y relajadas» que hace un año, lo que les lleva a prever un periodo escolar en la línea del pasado, donde «los centros no fueron un problema, los contagios fueron mínimos y el virus no viajó de los colegios a las casas y los eventos, sino que fue al revés». El avance de la vacunación en los escolares mayores de 12 años también juega a favor del éxito del curso escolar, y en este sentido el presidente de la FAMPA de Ávila, Jesús Guil, apuesta por seguir por ese camino y, en cuanto sea posible, vacunar también a los niños de entre 5 y 12 años, una vez que desde una de las farmacéuticas se ha asegurado que las vacunas contra la COVID-19 también son seguras para este colectivo. «Se está viendo que los niños lo padecen poco y que la mayoría de los casos son leves, pero las vacunas vendrían muy bien», subrayó.
Entre los puntos positivos que han visto en esta vuelta al cole que ya se ha materializado para niveles como la Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y parte de la Formación Profesional, Jesús Guil citó el mantenimiento de las medidas preventivas, con el mismo protocolo covid, y de los mismos ratios en las aulas, lo que también implica la contratación de «los mismos profesores» para poder garantizar que se cumple la distancia de seguridad.
La FAMPA de Ávila también se alegra de la vuelta de las actividades complementarias y extraescolares dentro del protocolo covid, algo a lo que «las familias ya nos habíamos acostumbrado» para facilitar la conciliación y que también se considera positivo para el aprendizaje o refuerzo de los alumnos en distintos campos.
asignaturas pendientes. Pero no todo son parabienes en este arranque del curso escolar. Al margen de la pandemia, la FAMPA sigue viendo varias «asignaturas pendientes» en torno a la educación, como el plan Releo Plus sobre la gratuidad de los libros de texto. «Nos seguimos quejando porque de las 280.000 familias las ayudas solo llegan a 75.000, una cuarta parte, por las limitaciones en el acceso, lo que implica la exclusión de toda la clase media», apuntó el presidente de la FAMPA, quien aboga por que la Consejería de Educación le dé «una vuelta» a este modelo con políticas que permitan que los libros «sean gratuitos para todos» porque «son caros» y al final «con los trucos de las editoriales hay que cambiarlos todos los años».
Las subvenciones a las AMPAs y las FAMPAs es otra de las reclamaciones de la organización, tanto por sus cuantías, a su juicio insuficientes, como por el complejo proceso que hay que seguir para pedirlas, lo que desincentiva a muchas asociaciones. «Las cantidades son ridículas y el proceso es diabólico», lamentó Guil.
La tercera reclamación en este inicio de curso también tiene como destinataria a la Junta de Castilla y León, aunque en este caso de forma compartida con los ayuntamientos. Así, la FAMPA de Ávila pone el foco en la falta de mantenimiento de los colegios por parte, por ejemplo, del Ayuntamiento de Ávila, que «ha reducido» la cuantía anual que presupuesta «a 30.000 euros», algo «insuficiente» para tener a punto centros que son antiguos «y están muy abandonados». La reclamación también apunta a la necesidad de aclarar las competencias entre Junta y entidades locales porque a veces la línea que separa la inversión y el mantenimiento es muy difusa.